El Evangelio

Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

lunes, 28 de diciembre de 2009

Orientación a la felicidad en psicoterapia


Resumen de la Ponencia de la Dra Mariana De Ruschi Crespo durante las Jornadas de Psicología a la luz de la Fe, en Buenos Aires 2009



Podemos entender a la psicología como ciencia de la salud espiritual y, por ello, ciencia de la felicidad humana. La psicología permite demostrar o refutar, en su misma praxis, el “que” del hombre y de su posibilidad de ser feliz, tal como ha sido dicho por las filosofías más diversas…Este es el punto inferior de la ciencia psicológica, su verdad mínima: el “que” del hombre. Para alcanzarlo la psicología se hace dependiente de la metafísica. Pero el punto más alto de la ciencia psicológica se refiere al “como” de la salud y de la felicidad humana. A este punto se llega, en la misma línea de las verdades filosóficas, mediante la apertura de su umbral racional, por la fe, a la Revelación. En la necesidad de ofrecer orientación al hombre hacia su felicidad y a falta de indicaciones adecuadas al alcance del conocimiento natural, la psicología se apropiará el haber y las indicaciones de otra ciencia, que es la teología. Será allí que la psicología encontrará explicado el “como” de esta felicidad posible…comprobando su verdad también “experimentalmente”, en la praxis psicoterapéutica.

La experiencia de ser feliz, de vivir en Dios gozando de su Amor en medio de los padecimientos cotidianos, ha sido expresada bellamente por todos los santos. Recuerdo especialmente los términos fuertes de San Francisco de Asís, pero también las imágenes de algunos pacientes identificados con Cristo. Es, según las Escrituras, un sufrir y luchar amando, pasar tempestades y tribulaciones en compañía del Amado, despreocuparse de todo lo que no sea el amor, afirmarse en la Roca que nos salva, esconderse en la Misericordia que nos rodea. Valoro especialmente la imagen de vivir en intimidad con Dios, como en un huerto cerrado o un huerto regado, que expande desde allí su perfume. Este lenguaje poético no es ajeno a nadie que haya tenido alguna experiencia del amor benevolente, no es ajeno a los enamorados… Es un lenguaje que acerca una cierta comprensión natural de la caridad. Son imágenes muy aptas para trabajar con ellas en psicoterapia, cuando no surgen otras espontáneamente. Caridad y humildad aparecen en ellas siempre asociadas. Muestran, purifican, invitan, alientan. Toda la riqueza revelada sobre esta vida feliz ilumina “El Cantar de los Cantares”, el libro de los Salmos y en fin, todo el Antiguo Testamento, para hacer conmovedora eclosión en la persona de Nuestro Señor Jesús.

Si es la infelicidad la que trae a las personas a consultar será la persistente inclinación a ser felices y eventualmente, a ser santos porque la salud y la felicidad se identifican con la santidad, será, decía, esta inclinación, el motor de todo el esfuerzo que plantea la psicoterapia. Como ovejas sin pastor… La perseverancia con que se procuran estos encuentros laboriosos, indica el deseo de oriente para una vida feliz y cuan necesitados estamos de buen pastoreo para alcanzarla. Es tanto cuanto atrae, mueve y orienta la búsqueda de la verdad en el amor que suele prevalecer sobre la seducción de las convenciones, prejuicios y teorías pseudocientíficas en la vida de los pacientes. “Atraeré a todos hacia Mi” El Amor que siempre espera.

Por el camino de la verdad sobre si mismo, la psicoterapia deviene lugar de encuentro con la Verdad beatificante. Si el paciente carece de esa “razón ampliada” como llama el Santo Padre a la inteligencia abierta por la fe, recordemos que el camino de la verdad y el amor está exigido por la naturaleza misma y son el término natural y sobrenatural de nuestro desarrollo humano. Es decir, en todos los casos y siempre, verdad y amor están al alcance del hombre, como dones que podemos libremente disponernos a recibir en creciente plenitud. Nuestra conciencia moral no “produce” sus verdades; tampoco los procesos cognitivos “producen” la verdad, y más que encontrarla, la reciben. El amor como acto de la voluntad, propiamente, no es producido por ella, sino que le es dado. La experiencia nos permite descubrir en el amor todas las notas de lo gratuito, de que es otro quien nos hace felices. Entonces, si bien orden natural y sobrenatural se distinguen y son diferentes, existe entre ellos continuidad, porque ambos dimanan de un mismo Dios: esto es especialmente notable en la observación de la vida anímica y de un diseño psicológico preparado para la vida sobrenatural que al infundirlo lo mantiene y lo transforma con miras a su divinización.

Son enemigos de la orientación a la felicidad, propios de la patología, es decir, del dinamismo egocéntrico de la soberbia, por un lado las racionalizaciones, que vulneran la relación de la inteligencia a la verdad y por el otro el egoísmo, cínicamente promovido en nuestra cultura. Es la debilidad del amor de benevolente, a favor de las concupiscencias (debilidad de la ternura abnegada, del gusto de servir y de hacer feliz a otro desinteresadamente). Vemos este egoísmo como contrario al desarrollo de la caridad, directamente relacionada con la unión beatificante .La mayoría de los pacientes concluye con razón que sabemos poco del verdadero amor: “¡pero entonces amar, nadie ama!” “recién ahora entiendo de que se trata esto de amar” “el amor “amor” de veras, qué es? Es el sentimiento del niño que confía y se sustenta en la experiencia del bien que nadie puede quitarle, de una Creación ordenada, de un amor vigente .El niño que Jesús declaró feliz. Es la experiencia de una fuerza que margina todos los miedos salvo el bendito temor de ofender al amado. Esta libertad de todo miedo, esta incondicionalidad de nuestra entrega en la vida, se cumple con esa plenitud que permite ser feliz, sólo cuando el Amado es Dios mismo. Porque es el único objeto eterno y perfecto capaz de sostener nuestro amor y n uestra vida eterna y perfectamente. Un alma afincada en el bien amado, nada teme y se siente feliz “como un niño en brazos de su madre”. Sólo el Bien Supremo garantiza la plenitud de esta experiencia .Nos hace felices…el amor de Dios. El regreso a esta infancia espiritual requiere como primera instancia el arduo pasaje de la dinámica de egocentrismo a la dinámica del amor y la humildad.


Como terapeutas cristianos tenemos el gran oriente de las Bienaventuranzas en que el mismo Señor se presenta como modelo del Hombre Feliz. Jesús nos dice cual es el hombre feliz y como lograr esta identificación con El, feliz en su obediente filiación.

En psicoterapia, lógicamente, los temas propios de las bienaventuranzas no aparecen siguiendo ningún orden y simplemente secundamos el don del Espíritu Santo con gracias externas: sean gracia todas nuestras intervenciones terapéuticas, las explicaciones, los consejos. Tengamos a bien , sobre todo , aprovechar las “puertas de entrada” a la experiencia de Dios en nuestros pacientes : la muerte de un bebe, el nacimiento de un hijo enfermo, pérdidas sucesivas de seres queridos… verdaderos hitos en la subida a la montaña de las Bienaventuranzas. En Dios, las heridas sanan, la muerte da vida. La psicoterapia no puede operar la modificación de las facultades necesaria para alcanzar esta vida feliz porque esto es obra de Dios, pero sí puede ayudar a remover los obstáculos del miedo y las cobardías, de las concupiscencias, del egocentrismo, de la mentira, de la tristeza y la desesperanza provenientes de la soberbia y sus secuelas en el alma, que debilitan la fuerza del amor. El amor verdadero quiere abrazar el dolor, evita la ira y procura la paz; el amor humano quiere prepararse al amor de Dios con estos actos de amor que ya lo inician.

Ejemplifico con el caso de una mujer excesivamente atenta a los mínimos males y males aparentes en su entorno que puedan afectarla a ella o a sus hijos. Sufre permanentes sentimientos de amenaza y una tendencia a responder con ira ingobernable, notablemente inadecuada e ineficaz. El egocentrismo, que promueve su irascibilidad exacerbada, se acompaña de una notable posesividad en sus relaciones. Es inteligente y formada. Padece desde hace años una enfermedad autoinmune en la que su cuerpo parece replicar contra si mismo las conductas defensivas extremas que ella practica vehementemente. Un buen día está en juego la vida de un hijito y ella tolera muy mal su internación: se desata en acusaciones y luchas estériles contra médicos y enfermeras. Sobre todo rivaliza e intenta imponer sus criterios, muchas veces razonables. Su clínico, preocupado por su salud, la deriva a terapia. Aprovecho su intenso amor de madre. La terapéutica consiste en rectificar el funcionamiento de su irascibilidad y ponerlo al servicio del amor. Le presento el valor de la mansedumbre, y también la oportunidad de hacerse fuerte en el dolor aceptado, aprendiendo a encontrar consuelo en la Cruz. ¿Cómo pasar de su dinámica defensiva egocéntrica a la dinámica del amor? La acompaño a descubrir que el amor es su fuerza y que no hay otra verdaderamente “fuerte”. Se ejercita en retener o guardar la agresividad para ponerla a disposición del amor. En lugar del enojo, el sufrimiento que profundiza y hace fecundo el amor. Representa imaginativamente varias situaciones que “disparan” su habitualidad egocéntrica y violenta: una por una , las fue transformando interiormente , a veces deseando la mansedumbre que iba haciéndose virtud en ella, a veces en unión a Jesús crucificado, a veces “envolviendo “ en el más puro amor a su hijo , esta lucha por su salud. Depone el miedo y el sentimiento de ser frágil y estar rodeada de enemigos, mediante una observación más cuidadosa de la realidad. El secreto fue purificar y fortalecer su intenso amor de madre. Pudo llegar a decir, en un tiempo tan difícil de su vida : “soy feliz”.

La Subida al monte de las bienaventuranzas coincide con la Subida al monte Calvario, por esta inclusión del sufrimiento en la caridad, subida que nos ubica ante estaciones sucesivas o delante de distintas puertas. La primera puerta la abre el amor alentando el desprendimiento de los egoísmos, de las vanidades, las pasiones o la queja ante circunstancias adversas que solo piden una aceptación sencilla. Una segunda puerta, que también le corresponde abrir a ese amor verdadero, es la conciencia y dolor de las propias faltas como purificación. Infidelidades, malos tratos, mentiras, abusos. El corazón del terapeuta responde con un “bienaventurados los pobres” o un “bienaventurados los que lloran” Es el mismo Jesús quien invita a caminar con El.

Al referirme a “puertas”, indico situaciones interiores, puertas naturales y sobrenaturales a la felicidad, situaciones que operan una cierta interiorización de la vida psíquica favorable a su divinización por la Caridad. Por puertas naturales me refiero a situaciones anteriores a la conciencia de la presencia de Dios en nuestra vida, experiencias de unión personal a un bien que es verdadero y bello. Doy un breve ejemplo: una paciente de unos 27 años imagina que recorre una pradera y se queja de aburrimiento… no hay nada que valga la pena, es todo igual…pasto, aire abierto, pájaros …. ¿Pájaros? ¿Cuáles? Le pido que se detenga, que al detenerse contemple los movimientos de uno solo de esos pájaros… Los pájaros son aburridísimos también….pero hay un pajarito que salta, un poco pesado, está tranquilo. Silencio….el sabe que en esta pradera hay comida para él y un nido para descansar…es muy buena su situación. Valió la pena detenerse…no hay ya nada de aburrimiento, hay una atención absorta en la escena elocuente. La paciente goza del bien que expresa este pájaro. Hay un amor incipiente a este bien hasta ahora desconocido. Partiendo de la iluminación de la imagen se alcanzó una percepción inteligente de una realidad ordenada que se ofrece como la vida misma, como un don, como un orden natural que sostiene, que es bueno y confiable. Surge un amor a este bien que se encarna en sentimientos de ternura y tranquilidad, pero sobre todo de confianza. Sugiero a la paciente que se identifique, salvando las distancias, con este pájaro. La gran novedad en su vida anímica es justamente la confianza: la paciente, tensa y exasperada en el encierro de sus fantasías, e invenciones mentales, incapaz de producir un orden verdadero y confiable, sufre insatisfecha su tristeza y su anémico cansancio por no haber descubierto ese orden dado en la Creación y en su propio ser que le permite sentirse sostenida y luego desplegar una funcionalidad que necesita esta condición previa para su accionar… Es la experiencia de la Providencia, desde una contemplación terrena, experiencia incipiente del amor y la gratuidad que la terapia se ocupará de desarrollar Dios mediante. Pero ya hemos dado un paso fuera de la situación patológica. Cuando el alma está encerrada en la observación de sus propios datos, interpretándolos hasta extenuarse, cuando la vida propia y ajena es bien de uso, espejo para las ilusiones y desilusiones narcisistas, la realidad se cierra, no remite ya a ningún bien espiritual, pierde todo valor analógico: la naturaleza y la realidad se clausuran como puertas a Dios y a la felicidad. En psicoterapia esta orientación a la felicidad por el camino de las analogías, se realiza invitando a la contemplación mediante el recurso a las representaciones conservadas en la imaginación. Las realidades naturales son un riesgo o una oportunidad para la salud: son una oportunidad si me mantengo en la línea de mi naturaleza, si eventualmente acepto sufrir por mantenerme en esta línea de la verdad en el amor. Hay pues un acercamiento natural al espíritu de las bienaventuranzas. Sin embargo, sólo sobrenaturalmente se puede entrar en ellas y desde allí relacionarse en plena salud y libertad con Dios y con el prójimo. La realidad, como vimos, o se abre como puerta a Dios o se cierra sobre si misma cuando uno busaca en si mismo,o en los dictados del mundo, todas las referencias.

La orientación a la felicidad incluye por parte del terapeuta, indicar y mostrar los bienes amables, mediante el recurso al arte, los cuentos, poesías y parábolas, elegidos e interpretados en sintonía con el Evangelio. Pero importa sobre todo estar atento a las expresiones e imágenes que elige el paciente, su estilo, su logicidad o su falta de ella, sus falacias, como emergentes del idealismo imperante en la cultura… Habrá que detenerse ante frases tales como “dispongo de mi propia vida” “tengo derecho a ser feliz” “soy dueño de mis decisiones” .Como medio del terapeuta para conocer a su paciente, la “manifestación de los pensamientos” es fundamental y la comunicación verbal, abierta a todos sus recursos, es el medio terapéutico primordial. Sin embargo ocurre que el paciente no sólo selecciona lo que quiere trasmitir u omitir sino que no puede trasmitir aquello que no entiende, porque los contenidos requieren una cierta inteligibilidad que permita su verbalización. Por esto es óptimo recurrir, para su acercamiento a la verdad, a esas imágenes donde la racionalidad se prepara, donde las verdades alcanzadas se guardan, donde toda preparación de la experiencia o toda experiencia incompleta se conserva, donde se atesoran los recuerdos o las analogías de lo vivido, donde la creatividad, apuntalada por la conducción terapéutica, cumple con su función natural de encauzar, desde la sensibilidad, la búsqueda de la verdad. Luego, con la rectificación de la sensibilidad por intermediación de las imágenes adecuadas, toda ella se prepara para subordinarse a la racionalidad que la requiere, para servirla en el camino hacia la espiritualidad plena y proveerla de sus recursos en el regreso hacia las obras que encarnan la vida del espiritu.
Para la indagación de la situación del actual del paciente, de su punto de partida en el camino hacia la felicidad, bien puede aplicarse el test desiderativo como evaluación del oriente valorativo del paciente, de su conciencia de libertad y capacidad de gobierno de sí, de su conocimiento o desconocimiento de sí mismo y de los valores espirituales en sí y para él. El paciente manifiesta aquí cuales y de que calidad son sus ideales y a que disvalores, temores o debilidades los contrapone. Luego de una discusión exhaustiva de estas elecciones o identificaciones, el mismo paciente intentará modificarlas, elegir otras más acordes con su particularidad y la particularidad de su vocación, a la luz de la verdad y del amor.


En todos los trances del camino , la psicoterapia ha de vérselas especialmente con la dimensión afectiva porque se trata de mover al paciente siempre a un bien más digno de ser amado con el amor más puro y benevolente posible. Existe la tendencia natural de integrar lo emocional a lo voluntario. Pero sentimiento y voluntad deben identificarse siempre y cuando la identificación esté fundada en el bien y en la verdad. Este trabajo de ordenación de la naturaleza, imprescindible para una ascética que permita la vida feliz, es también tarea de la psicoterapia: habrá que teorizar lo imprescindible, según la particularidad de cada cual, habrá que alentar al bien arduo, con imágenes bellas y verdaderas, alentar avivando la conciencia de la belleza de las propias posibilidades de amar y de hacer más buena, verdadera y bella la propia vida y la de los demás. Creo que es necesario aplicarnos más a la verdad vislumbrada y a los amores benevolentes sentidos, para darles mayor y mejor presencia en nuestras vidas. Sea la psicoterapia oportunidad para esta amplificación del amor y de la verdad en la propia vida, especialmente cuando se trata del mismo Dios que nos ofrece la experiencia de su Ternura.

Generalmente, las experiencias del consuelo divino se olvidan o ha sido sumamente fugaz su consideración por parte de los pacientes. Le cabe a la psicoterapia recuperarla, amplificarla, darle el sitio que le corresponde en sus vidas. Lo seres humanos volvemos, después de estas experiencias sobrenaturales, rápidamente, a la exterioridad, frivolidad y sensualidad anteriores, pero perdiendo la intensidad de gozo y la certera orientación a la felicidad que nos deparaba la consolación. Si rescatamos estos momentos en psicoterapia, estos “relámpagos” de lo infinito, atesorados por la memoria, serán un lugar bendecido por la presencia de Dios, un lugar de interioridad, que ha de recuperarse y desde donde se podrá comenzar a caminar en la vida bienaventurada que es siempre vida vivida desde lo interior. Menciono aquí el caso de una paciente bautizada y relativamente formada en la fe pero alejada de todo compromiso y experiencia. Enferma de cáncer, en un momento de profundo despojamiento de todo lo que la ataba a su cotidianeidad, sintiéndose sola y desvalida, recibe la gracia del consuelo divino: nada le importa, Dios la ama y esto es superior a todo bien. Confiesa que mil veces prefiere estar enferma con El, que sana sin El. Luego, llega su curación y sabe que esto también es un regalo de la Providencia: nuevamente experimenta que está en Sus Manos y que ello tiene una dulzura inaudita y preferible a todo. Sin embargo todo vuelve al orden mundano junto a su pareja diez años menor que ella, que finalmente le es infiel y la abandona. Es entonces que comienza su terapia en un estado de profunda perturbación y congoja. Superficialmente toca cuestiones relacionadas con su fe. Una noche sueña que llora y se despierta llorando, pero interpreta su sueño explicándose que debe ser el dolor por la ruptura con su novio. Le sugiero que regrese imaginativamente a su sueño y se vea allí llorando…Es entonces que aparece con toda vivacidad el recuerdo del consuelo de Dios, aún con mayor intensidad y gozo que en el tiempo de su enfermedad. Enterada de esta experiencia, procuro ayudarla a darle toda la expansión que merece. Luego de esta sesión todos sus trabajos imaginativos, sea cual sea la temática, incluyen el contenido de esa experiencia espiritual que ha de mantenerse vigente para reorientar su vida.

Si la virtud que nos da acceso a Dios, la virtud de la vida feliz y que permite llamar virtud a las otras virtudes, es la caridad, todo amor, si es amor ordenado, está participado del Amor del Creador y prepara y acerca a la Caridad. Porque todo amor analoga bajo algún aspecto a la Caridad, merece nuestra atención especial en psicoterapia. Además ,es en la Caridad que el terapeuta puede dar a su paciente el amor de Dios, amarlo como es amado por Dios, permitirle al paciente esa misma experiencia en su relación con nosotros, inferiores como somos al tesoro de la gracia que llevamos y entregamos Así, de algún modo, comunicamos la bienaventuranza. La bienaventuranza referida a la misericordia es nuestra propia y especial “orientación a la felicidad” como terapeutas. El amor a nuestros pacientes es curativo, tanto más curativo cuanto más misericordioso. La miseria de ellos nos purifica y nos santifica, nos hace encontrar medios fecundos e inteligentes para darles ayuda. Todas las obras de misericordia están a nuestro alcance como terapeutas: enseñar, aconsejar, corregir, perdonar, consolar, sufrir con paciencia sus defectos y rezar por ellos. Saber esperar, confiando en la Voluntad de ese Pastor en cuyo nombre pastoreamos, descubrir la imagen y semejanza escondida, amar la divina bondad, verdad y belleza en acto o en potencia en el prójimo, amarla con amor benevolente, removiendo los obstáculos intelectuales y afectivos para orientarlos a Dios. Esta ejemplaridad a la que aspiramos como terapeutas es para ellos parte de la misma terapia .Por este mismo camino han de encontrar nuestro pacientes, con la gracia de Dios Misericordioso, y el auxilio de María , la vida feliz.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sanidad: Retiro de sanación interior


Bendición de Navidad


Jesús bendeci en abundancia a cada hermano que ha decidido recibírte en esta Navidad .
Nace en su corazón, como allá en Belén.
Derrama sobre su vida la bendición del Espíritu Santo.
Que la inspiración alcance su vida.


Y a vos hermano te invito a experimentar el abrazo de Dios Padre cediendo la vida de su Hijo para la salvación de todos los hombres.
Que tu corazón experimente cuanto Amor siente Nuestro Señor por vos.
Que hoy y siempre seas alcanzado por la Verdad. Conducido por la Sabiduría e impulsado por la Fe.


LA ESPERANZA HA LLEGADO NOSOTROS, LA LIBERTAD HA HECHO NIDO EN NUESTRAS VIDAS.

Ahora es el tiempo, no des la espalda al creador de la vida. Al hacedor de tu vida y de todo lo creado.

Amén

Que tengas una hermosa navidad


Alberto

Mensaje de Paz: LA ESPERANZA. por Martín Luther King


Este discurso pronunciado por Martín Luther King en la recepción del Premio Nobel de la Paz de 1964 es un canto a la esperanza para todo hombre que cree en la fuerza liberadora del amor.


«Hoy, en la noche del mundo y en la esperanza de la Buena Nueva, afirmo con audacia mi fe en el futuro de la humanidad. Me niego a creer que las circunstancias actuales hagan incapaces a los hombres para hacer una tierra mejor. Me niego a creer que el ser humano no sea más que una brizna de paja azotada por la corriente de la vida, y sin tener posibilidad alguna de influir en el curso de los acontecimientos. Me niego a compartir la opinión de aquéllos que pretenden que el hombre es, hasta un punto tal, cautivo de la noche sin estrellas, del racismo y de la guerra; que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no podrá nunca llegar a ser una realidad.

Me niego a hacer mía la afirmación cínica de que los pueblos irán cayendo, uno tras otro, en el torbellino del militarismo, hacia el infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad y el amor sin condiciones tendrán la última palabra. La vida, aun provisionalmente vencida, es siempre más fuerte que la muerte. Creo firmemente que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban, permanece la esperanza de un radiante amanecer. Me atrevo a creer que, un día, todos los habitantes de la tierra podrán tener tres comidas al día para la vida de su cuerpo, educación y cultura para la salud de su espíritu, igualdad y libertad para la vida de su corazón. Creo igualmente que un día toda la humanidad reconocerá en Dios la fuente de su amor.

Creo que la bondad salvadora y pacífica llegará a ser, un día, la ley. El lobo y el cordero podrán descansar juntos, cada hombre podrá sentarse debajo de su higuera, en su viña, y nadie tendrá ya que tener miedo. Creo firmemente que lo conseguiremos.»

viernes, 11 de diciembre de 2009

Testimonios de vida: Patch Adams


¿Puede la risa ayudar a vivir?

"El reír es celebrar con risa alguna cosa" dice el doctor Patch Adams como muestra de su filosofía del arte de cuidar, curar, acompañar.



Hunter "Patch" Adams (Washington, DC, 29 de diciembre de 1943), médico estadounidense. Fundó el instituto Gesundheit! en 1971. Su vida fue la base en la cual se inspiró la película Patch Adams (Dr. de la Risa) con el actor Robin Williams interpretando el papel de Hunter.
Adams actualmente vive en Arlington, Virginia, donde promueve medios alternativos de sanación para enfermos en colaboración con el instituto. Es el inventor de la risoterapia con fines médicos y terapéuticos, y el responsable de la inclusión de ésta en la medicina moderna.
Patch Adams es también un activista social, diplomático, payaso profesional, actor y tambien autor. Cada año organiza un grupo de voluntarios, de alrededor de todo el mundo, para viajar a Rusia como payasos, para traer esperanza y diversión a los huérfanos, pacientes y la gente en general. En 1998 también visitó Bosnia-Herzegovina, uno de los países de los Balcanes envuelto en un conflicto bélico. En 2005 visitó el Hospital Garrahan de Buenos Aires, Argentina, varios hogares infantiles del partido de San Martín (Buenos Aires) y el Pereira Rossell de Montevideo, Uruguay, en 2007 también se presentó en Ecuador: Quito y Cuenca en donde asistió al Instituto del cáncer SOLCA; visitó Perú con el Dr. Joe Pérez y la Dra. Evelyn Gamarra, Chile, donde ha dado conferencias en algunas universidades y Guatemala donde ofreció una conferencia para jóvenes universitarios y público en general.
Algunas de sus frases:
"Parece que no hay medios de comunicación inteligentes; más que las ideas, les interesa que yo u otra persona diga un par de chistes o se desnude para poder anunciar después una Coca-Cola. Esto es un reflejo de la corrupción que el amor por el dinero y el poder ha provocado en la medicina, el arte, las leyes y la ciencia".
"Hay dos paradojas que le intrigan de este País: el hecho de que sea una de las naciones con mayor número de millonarios y que, a la vez, tenga niños que mueren de desnutrición; y, por otro lado, que siendo un país supuestamente católico tenga una actitud de tanto desdén hacia la gente más pobre".
"La peor ofensa para el mundo son los medios de comunicación, les encanta el dolor y el miedo, nunca dan buenas noticias".
El reír es celebrar con risa alguna cosa. Hay muchas personas que dicen que la risa lo cura todo, una de estas personas lo es Patch Adams.
Nunca quiero dar autógrafos, lo más cercano a un autógrafo sería mi firma en una prescripción médica, la cual diría: Contagia la alegría o lucha por alcanzar tus metas. . A las personas que me fueran a pedir un autógrafo, les diré: 'Por favor acompáñame y ayúdame a trabajar por la paz, justicia y por el cuidado de TODAS las personas alrededor del mundo. Te daré mi tarjeta personal.' Luego le daría una lista para que se motiven a anotarse en una lista de voluntarios que me ayudan a promover mi estrategia".


(Fuente:Intramed.net)

viernes, 4 de diciembre de 2009

martes, 1 de diciembre de 2009

Música Cristiana Contemporánea


viernes, 27 de noviembre de 2009

Sobre la aventura de ser psicólogo católico en tiempos de crisis


Es necesario ser más congruentes con nuestra identidad de católicos


Para empezar, es necesario informar que existimos los psicólogos católicos. Coincido con un compañero, no me gustan las etiquetas; no voy por el mundo presentándome: «Buenas tardes, soy Yusi Cervantes, psicóloga católica», ni dice tal cosa en mi anuncio del directorio telefónico. Sin embargo, en las primeras reuniones que hemos tenido, un grupo de colegas hemos encontrado que es necesario ser más congruentes con nuestra identidad de católicos.

La aventura comenzó para muchos de nosotros en la universidad (me refiero a quienes no estudiamos en universidades de inspiración cristiana). Ahí fue atacada duramente nuestra fe. Se nos dijo que la religión es enajenante, que ser cristiano es un defecto y que nuestra fe en Dios equivale a creer en mitos y supersticiones. Pero no eran solamente los maestros y los compañeros: encontramos ataques a nuestra religión en libros de texto y artículos diversos. Soportamos estoicamente esos ataques, sobrevivimos a las confusiones que a veces éstos nos provocaban, hicimos oídos sordos a las ideas contrarias a nuestra fe; pero, desgraciadamente, no teníamos ni la madurez ni la preparación suficiente como para defender nuestras creencias.

Ya titulados, con frecuencia hemos sido vistos con desconfianza por algunos colegas. Nos consideran poco serios como profesionistas, y desde su punto de vista es lógico: si para ellos la fe entra en la categoría de superstición, entonces equivale, casi, a echar las cartas y cosas de ese tipo. ¿Cómo podrían entonces tomarnos en serio? En cuanto a los posibles pacientes, hay también quienes no confían en un psicólogo que sepan que es católico. Pero no terminan aquí nuestras dificultades. Así como muchos psicólogos nos atacan por ser católicos, muchos católicos desconfían de nosotros por ser psicólogos. Con frecuencia las personas no acuden a buscar nuestra ayuda porque les han dicho que vamos a destruir su fe y les vamos a sembrar ideas contrarias a su religión. Aquí debo decir que las personas que dan tales consejos tal vez no sepan que los psicólogos, sin importar nuestra fe, tenemos un código de ética que nos dicta el respeto hacia las creencias religiosas de nuestros pacientes, cualesquiera que sean. Y que, por otro lado, existimos los psicólogos católicos que no solamente respetamos la fe de nuestros pacientes, sino que la comprendemos porque la compartimos.Otro mal consejo que reciben muchas personas que sufren por problemas emocionales es que no acudan a recibir ayuda psicológica porque no es necesaria. «Pídele a Dios, eso es suficiente», les dicen. A este argumento yo respondo que, efectivamente, Dios es todopoderoso y puede, cuando así lo desea, sanar cualquier mal sin la ayuda de ningún medio humano. Pero no suele hacerlo. Nos ha creado en comunidad y desea que nos sirvamos unos a otros. No ir al psicólogo cuando tenemos problemas emocionales equivale a no ir al médico cuando tenemos una hemorragia o, en otro campo, no consultar a un abogado cuando recibimos una demanda legal, y ponernos, en cambio, a rezar. Rezar está bien, por supuesto, es imprescindible, pero también tenemos el deber de procurarnos los medios humanos para resolver nuestros problemas. Éstos y otros asuntos han surgido en nuestras reuniones. Tenemos muchas inquietudes y deseos de servicio.

(Fuente: Catholic.net /Autor: Yusi Cervantes Leyzaola)

martes, 10 de noviembre de 2009

Sobre las crisis


El asunto es qué hacer con los conflictos, cómo darles un manejo constructivo, robusteciendo los diferentes vínculos.


De una forma ingenua, en mayor o menor medida, se suele tener la idea de que el conflicto debe ser excluido de la vida, o bien, que su presencia implica amenaza, peligro o ruptura en las diferentes relaciones humanas. En realidad, éste es inevitable, pues las diferencias individuales, el modo de reaccionar frente a situaciones de la realidad, o ante la adversidad, hacen que emerja. En términos de lo individual, el conflicto demanda valentía, creatividad e invita al empleo y potenciación de los recursos internos, pudiendo su afrontamiento ser causa de crecimiento personal, de ampliación de pensamiento y de aumento de la capacidad para aprender de la experiencia. En lo vincular, su ausencia denunciaría superficialidad en las relaciones y su presencia, con posible resolución constructiva, conduce al fortalecimiento y la madurez afectiva. Entonces, la pregunta no debe ser, cómo estar tan lejos de sí y de otros, para que los conflictos no se susciten. O, cómo evitarlos. El asunto es más bien, qué hacer con ellos, cómo darles un manejo constructivo, que tienda hacia la vida y que ayude a crecer individualmente y a mejorar las opciones emocionales, robusteciendo los diferentes vínculos. Para responder a los interrogantes formulados, vale la pena considerar algunos puntos:


Los otros no son espejos de nosotros mismos y además, no tienen por qué serlo.

Si el afecto con alguien se daña o se rompe, porque el otro no actuó, no sintió, o no compartió un esquema de pensamiento; habría que cuestionar ese amor; porque quizás no se estaba queriendo a la otra persona, sino al propio sí mismo, proyectado en ella.

Si el día en que no funcionó espectacularmente y reveló aspectos de su propia singularidad, ya no se la pudo querer más, habría que dudar de si en realidad se la quería, dado que el amarse a sí mismo, utilizando a otros, no es amor, sino más bien narcisismo.

Se habla mucho del respeto por la diferencia y más que un ideal, esto es una praxis en las relaciones, cuando en ellas, ante la evidencia de aquello en lo que no se concuerda, no se opta por la supresión del vínculo o por la anulación del ser del otro, sino por la construcción a partir de allí. Las diferencias no tienen por qué ser cierres, sino nuevas puertas para la configuración de acuerdos nuevos, mediante el diálogo sincero y la disposición de entrega que los vínculos afectivos demandan.

Ponerse en el lugar del otro, brinda la sensibilidad de la comprensión y desde allí, la lógica del ataque y la defensa, se diluyen.

No es esto sujeción, al contrario, implica ejercer la fuerza creativa de la seguridad personal y la movilización de los recursos individuales, para sin perder el propio punto de vista, estar en condiciones de abrirse al sentir, respetar y valorar el del otro, con miras a configurar de conjunto, una nueva alternativa cómoda para ambas partes.

Asumir lo propio siempre es básico en la resolución de conflictos, porque puede conducir a la reparación, en caso de necesidad; así como también a poder diferenciar y no dejarse cargar con cosas que no corresponden a la propia persona, sino más bien al otro; pero acompañándolo en su proceso, con claridad y consideración.

También salvaguarda de la lucha de poderes, en la medida en que con equidad, se ponderan los puntos de vista en cuestión, sin caer en la trampa de responsabilizar al afuera de lo personal, o de tratar de negar lo de los demás, pues esto no sería construir, sino coartar.


“Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo” (Inventario-Mario Benedetti)


(Por Sofía Uribe Arbeláez, Fuente: elcatolicismo.com)

jueves, 29 de octubre de 2009

Música Cristiana: 18º Multifestival BANUEV 2009


"Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo" (1Tim 4,10)

Un evento histórico en Argentina! Músicos cristianos (católicos y evangélicos) UNIDOS por JESUS VIVO

BS AS AUDITORIO DE BUENOS AIRES

Av. Pueyrredón y Av. LibertadorBuenos Aires Design Recoleta

NOV 6 -7

BUENOS AIRES – ARGENTINA

Este multifestival de la juventud se desarrollará en el Auditorio Buenos Aires, en el barrio porteño de Recoleta, y contará con las actuaciones Kyrios Emmanuel, Carlos Seoane, Kyosko, Terra Nova Horacio Zanotto, Marisol Otero, Efata y Al Tercer Día, y de Alfareros (República Dominicana), entre otros.El Grupo Buenos Aires para una Nueva Evangelización (Banuev) es una comunidad de artistas católicos cuyo principal objetivo es "anunciar al mundo la Belleza que nos ama, nos crea y nos salva, utilizando la pedagogía de Jesús para contribuir a una nueva evangelización a través del arte en todas sus disciplinas". También se propone construir un espacio de expresión, comunión y oración de los artistas cristianos; dar servicios concretos a la Iglesia católica y la comunidad en general, particularmente promoviendo y organizando encuentros de artistas, seminarios, manifestaciones artísticas y espectáculos, convivencias y retiros para artistas, entre otras iniciativas; y promover los valores de la cultura de la vida en la sociedad.

Para mayor información: banuevmutifestival@hotmail.com

lunes, 26 de octubre de 2009

Palabras de La Madre Teresa: "La Vida es..."


"La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, doméñala.
La vida es una aventura, arróstrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.
Madre Teresa de Calcuta(Agnes Gonxha Bojashiu)

Escrito de su puño y letra sobre un tablón de la pared de una de las casas abiertaspor las Hermanas de la Caridad en Nueva York, para atender enfermos del SIDA)

martes, 13 de octubre de 2009

Entrevista: "Psicología con tratamiento espiritual"


Fragmento de una entrevista al Dr. Martín Echavarría: Director de Estudios de Psicología, Universidad Abat Oliba, España


Has escrito algunos artículos sobre el psicólogo católico Rudolf Allers. Éste plantea que el pecado es la base de la psicopatología, ¿qué piensas acerca de eso?

Allers es un autor de un período concreto del desarrollo de la psicología, y tiene muchos puntos fuertes que yo creo que merecen la pena recuperarse: en primer lugar es el único representante verdaderamente católico en la época clásica de la psicoterapia, está en un momento clave del desarrollo de la psicoterapia y psicoterapia no se entiende sino desde esa época. Fue alumno de Freud, discípulo de Adler, maestro de Frankl, en fin, estuvo en una época crucial y fue el único representante católico fiel a los principios básicos de una antropología cristiana. Creo que es un autor que merece ser destacado, merece recordarse, incluso ser una especie de emblema de un repensamiento, replanteamiento de la psicología y en particular de la psicoterapia. En segundo lugar, en algunos puntos concretos hay observaciones muy importantes, aunque muy discutidas, como por ejemplo la relación establecida por él entre el desorden moral y el desorden psicológico, lo que se llama el carácter neurótico, creo que ahí hay unas observaciones muy inteligentes que pueden ser precisadas, mejoradas, pero que poca gente ha hecho con la lucidez que ha hecho Allers.

¿Si la psicología estudia al hombre y busca darle respuesta a sus necesidades por qué crees que no tiene una antropología de base?

La psicoterapia moderna, la psicoterapia del s. XX es elaborada por médicos inicialmente, neurólogos y psiquiatras. Estos neuropsiquiatras por la mentalidad en que surge la psicoterapia, finales del s. XIX, ya han formado una mentalidad positivista, que por principio no sólo cierra e ignora lo filosófico, lo teológico, sino que lo combate. En segundo lugar, porque muchos de los autores principales están imbuidos de ideologías anticristianas, comprenden la psicoterapia como una alternativa a la guía espiritual cristiana. La psicoterapia nació en un ambiente ideológico hostil al cristianismo: ambiente positivista, formación científica de personas que son médicos y por otra parte, ya en una cuestión más voluntaria, una ideología de combate contra la antropología cristiana. Y ese ambiente hostil continúa…por lo tanto la influencia de la psicología católica es débil...Una influencia prácticamente nula y ambientes no sólo extracristianos. Una tarea totalmente por hacer y no se llegará a eso del todo si no llegamos a las universidades católicas porque las iniciativas individuales dependen de la fuerza individual y la fuerza individual no puede poner tiempo y dinero en proyectos de investigación que son fundamento muy necesario para una labor sistemática, coherente, y proponible de una psicología cristiana, de una psicología de verdad.
De cara a la reunión de Aparecida, como psicólogo y filósofo ¿cuáles son los puntos en los que se debería centrar el diálogo en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano?

Yo creo que hay un gran tema que atraviesa muchas de las áreas, es el tema de la educación católica, en colegios y particularmente de cara al futuro de la nueva evangelización, en las universidades católicas...Yo creo que ahí hay un gran tema, el de la educación católica y en particular el de las universidades católicas, porque cada vez más la tendencia será la influencia de lo académico, y además, lo lógico es que crezca el número de personas en la universidad, por lo cual yo creo que es un punto fundamental.


(Fuente:Catholic.net)

viernes, 2 de octubre de 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

Libro recomendado: "BUSCAR LA SANTIDAD-Un desafío cotidiano" de Mirta E. Ridruejo


“Sean santos porque yo soy santo”, nos dice la Palabra de Dios (1 Ped. 1, 16). Buscar la santidad es una propuesta que el mismo Jesús nos hace. Es una invitación aseguir al Maestro y estar con Él para aprender a vivir como Él vivió en el aquí y ahora de nuestra existencia.
La santidad como vocación es para el hombre es un don y una tarea. Don, porque la gracia ha sido derramada, y tarea, por el trabajo personal que supone responder a este llamado. Por eso también es un desafío, porque la invitación a ser santos no es “para los altares”, sino para la vida cotidiana.
En estas páginas, llenos de vitalidad, la autora ofrece su síntesis personal – a partir del acompañamiento pastoral de hermanos en la fe y de su propia vida–, de la experiencia recogida sobre este camino de transformación y trabajo de las virtudes para alcanzar la santidad.
En 1974 Mirta Ridruejo, con apenas 16 años de edad y siendo estudiante secundaria, ingresó en los llamados entonces “grupos juveniles de oración” con lo que se iniciaba lo que hoy es El Movimiento de la Palabra de Dios. Madre de familia, odontóloga, finalizando la Maestría en Ética Biomédica de la UCA, pertenece a una comunidad discipular de la Obra y desde allí ofrece su vida en el servicio pastoral.

martes, 15 de septiembre de 2009

La creatividad


La creatividad es una potencialidad psicológica presente en mayor o menor grado en todas las personas. Esta puede entenderse como la capacidad para establecer relaciones no evidentes entre las cosas, siendo a la vez, camino de construcción, donde se interpela la realidad y puede transformársela.

Dentro de los procesos creativos, posee un singular valor la fantasía. Ella es un recurso interno, útil para distanciarse del mundo externo, cuando el procesamiento del dolor y la ansiedad, así lo demandan. Pero, al mismo tiempo, es un puente que conecta lo interno, lo propio, con lo real del afuera, mejorando las condiciones del sujeto para introducirse de regreso en su vida.La expresión del ser en la consolidación de vínculos afectivos, el arte, la opción de resolver conflictos y el juego, constituyen ejemplos del uso de la fantasía, que guarda estrecha relación con el desarrollo de la creatividad.El juego inestructurado, en donde el insumo está en la propia fantasía, genera procesos de elaboración psíquica, por medio de los cuales, los pequeños logran apropiar la realidad, en sus aspectos placenteros y dolorosos, conocer el mundo y al mismo tiempo, recrearlo desde el aporte de su propia imaginación. Para jugar así, no se requiere de tecnología, ni de costosos entrenamientos. Respecto de los vínculos afectivos, vale la pena recordar a OSHO, quien refiriéndose al amor, precisamente lo sustrae del pensamiento productivo, cuando dice:“(…) Un hombre tenso no puede amar. ¿Por qué? Porque vive siempre con un propósito. Puede ganar dinero, pero no puede amar, porque el amor no tiene un propósito. El amor no es un producto, no puedes acumularlo ni ingresarlo en una cuenta bancaria, ni tampoco fortalecer tu ego con él. (…) El dinero lo ganas para algo, es un medio. Construyes una casa para vivir en ella: es un medio. El amor es el fin en sí mismo; por eso la mente calculadora, lógica, que funciona a base de propósitos, no puede amar. (…)”.Y efectivamente, muchas veces, el tiempo donde florece lo amoroso y donde acontece lo creativo es aquel que puede no ser circunscrito de antemano en una agenda, hecho que invita a apreciar lo que transcurre en el ámbito de la existencia misma, que no siempre tiene que expresarse en un hacer y hacer cosas, casi que de manera compulsiva.En el escenario de la familia, el propiciar momentos libres de planeación, puede facilitar que actividades como las señaladas y el estar allí, unos con otros, resalten el valor del existir sobre el hacer, siendo esto de vital importancia para que la creatividad emerja. Resulta interesante considerar estos aspectos, como una otra mirada, cuando las vacaciones plantean la pregunta por los tiempos familiares. Combinar para los padres, las actividades productivas y a la vez, disponer de momentos para compartir con los chicos, genera ansiedad, puesto que no siempre es fácil. Si a eso adicionamos, la lógica del hacer, como única opción válida para utilizar el tiempo, el conflicto no da espera y se empeora cuando no se poseen los recursos económicos para matricular a los niños, en los diferentes cursos de temporada. Por eso, desde una reivindicación del existir, independientemente del dinero y de la agenda estructurada que pretende conjurar el “aburrimiento”, es viable considerar en las familias, que es en la cotidianidad, donde quizás se encuentran los elementos más valiosas para el desarrollo y la salud emocional de sus integrantes.“Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo, dígase que no es lo bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues para los creadores no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente” Rainer Marie Rilke, “Cartas a un joven poeta”.


(Autor: Sofía Uribe Arbeláez

Fuente: elcatolicismo.com)

miércoles, 26 de agosto de 2009

Despenalización y pobreza


Comunicado sobre la despenalización - sacerdotes para las villas de emergencia de La Vicaría de Jóvenes Buenos Aires

Ante el fallo de la Corte Suprema de Justicia del día de hoy, quienes integramos el Equipo de Sacerdotes para las Villas expresamos a continuación nuestra humilde opinión, que ratifica plenamente aquellas reflexiones que se hicieran públicas . Nosotros somos respetuosos de los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Valoramos su autoridad. Además creemos en el valor de las instituciones para el crecimiento de nuestra Nación. Por otro lado nuestra palabra sobre la despenalización no pretende ocupar el lugar que tiene la palabra de la Conferencia Episcopal Argentina sobre este tema. Con espíritu de aportar al diálogo –ofreciendo el propio pensamiento y buscando integrar el pensamiento diferente- y no de confrontar, hicimos público nuestro documento: “La droga en las Villas: despenalizada de hecho”. Queríamos defender a nuestros vecinos villeros -estigmatizados por tantas cosas-, afirmando que una cosa es la Villa y otra el narcotráfico. Y señalar que los primeros que sufren las consecuencias del narcotráfico son los habitantes de estos barrios humildes. El Evangelio de Jesús nos invita a pararnos en las periferias geográficas y existenciales y desde allí mirar. Nos invita a entrar en comunión con los más pobres, y desde los pobres llegar a todos. Este camino desde los pobres a todos nos parece un programa más que valido a la hora de trazar políticas de Estado, a la hora de legislar y a la hora de juzgar. Muchos de los niños, adolescentes y jóvenes de nuestros barrios no viven sino que sobreviven y muchas veces la oferta de la droga les llega antes que un ambiente dichoso y sano para jugar, llega antes que la escuela, o llega antes que un lugar para aprender un oficio y poder tener un trabajo digno. Se acortan así las posibilidades de darle un sentido positivo a la vida. “Hoy, fundamentalmente, en nuestra cultura la dignidad de la vida se juega en el eje inclusión-exclusión; comunión-aislamiento” (Carta pastoral de la CEA, del 20 de agosto del 2009. Nº 22) No pretendemos que la responsabilidad frente a esta situación de desigualdad de oportunidades quede sólo en manos del Estado. La solidaridad es en primer lugar que todos nos sintamos responsables de todos. (Cf. CIV 38) Nos preguntamos: ¿cómo decodifican los chicos de nuestros barrios la afirmación de que es legal la tenencia y el consumo personal? Nos parece que al no haber una política de educación y prevención de adicciones intensa, reiterativa y operativa se aumenta la posibilidad de inducir al consumo de sustancias que dañan el organismo. La experiencia de acompañar a jóvenes en el camino de recuperación y reinserción social nos ha permitido escuchar el testimonio de muchos que han empezado consumiendo pequeña cantidad de marihuana y de pronto se encontraron consumiendo drogas más dañinas aun como el paco. La vida se les volvió ingobernable. Por eso desde nuestro punto de vista las drogas no dan libertad sino que esclavizan. La despenalización a nuestro parecer influiría en el imaginario social instalando la idea de que las drogas no hacen tanto daño. Vemos la buena intención de los que buscan no criminalizar al adicto, es una locura criminalizar la enfermedad. Pero intentemos pararnos nuevamente desde la perspectiva de las familias más vulnerables. Sin un buen sistema de salud, sin políticas fuertes de prevención, sin un sistema educativo realmente inclusivo y eficiente, el único encuentro del adicto y su familia – que pide ayuda- con el Estado es la justicia. Despenalizar en estas condiciones, es dejar abandonado al adicto, no hacerse cargo de su derecho a la salud. La dinámica misma de la adicción, lleva muchas veces a hacer cualquier cosa para satisfacer el deseo de consumo. El próximo encuentro entre el Estado y el adicto ya no será en la enfermedad, sino en el delito que a veces nace de ella. Usando una imagen podríamos decir entonces que la discusión sobre la despenalización corresponde a los últimos capítulos del libro y no a los primeros. Pedimos a la Virgen de Luján, Madre del Pueblo, que cuide y proteja a sus hijos que padecen el flagelo de la droga, de fuerzas a sus familias y luz a nuestra sociedad para generar vínculos de promoción y solidaridad.

Equipo de Sacerdotes para las Villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires.Buenos Aires, 25 de Agosto de 2009

jueves, 20 de agosto de 2009

Nota: Sobre la depresión


Mensaje de Juan Pablo II a la XVIII Conferencia Internacional sobre la Depresión


«La clave para ayudar a una persona con depresión es el amor y la oración. Las personas que cuidan de los enfermos deprimidos deben ayudar a recuperar la propia estima, la confianza en sus capacidades, el interés por el futuro, las ganas de vivir. Por eso, es importante tender la mano a los enfermos, hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y de vida, en la que se sientan acogidos, comprendidos, sostenidos, dignos, en una palabra, de amar y de ser amados.
En el camino espiritual son de gran ayuda la lectura y la meditación de los salmos, el rezo del Rosario, la participación en la Eucaristía, fuente de paz interior. La difusión de los estados depresivos es preocupante. Se manifiestan fragilidades humanas, psicológicas y espirituales, que al menos en parte son inducidas por la sociedad. Es importante ser conscientes de las repercusiones que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicación sobre las personas, al exaltar el consumismo, la satisfacción inmediata de los deseos, la carrera a un bienestar material cada vez mayor. Es necesario proponer nuevas vías, para que cada uno pueda construir la propia personalidad, cultivando la vida espiritual, fundamento de una existencia madura. La Iglesia y la sociedad deben proponer a las personas, especialmente a los jóvenes, figuras y experiencias que les ayuden a crecer en el plano humano, psicológico, moral y espiritual. La ausencia de puntos de referencia contribuye a crear personalidades más frágiles, llevando a considerar que todos los comportamientos son semejantes.Juegan un papel relevante la familia, la escuela, los movimientos juveniles, las asociaciones parroquiales.También es significativo el papel de las instituciones públicas para asegurar condiciones de vida dignas, en particular, a las personas abandonadas, enfermas, ancianas. Son igualmente necesarias las políticas para la juventud, que ofrezcan a las nuevas generaciones motivos de esperanza, preservándolas del vacío o de otros peligros».
(Fuente: Catholic.net)

jueves, 13 de agosto de 2009

Aportes: ¿Cómo balancear una saludable vida mental con la vida espiritual?


El ser humano es una unidad biopsicoespiritual, cada una de las dimensiones de la persona esta interconectada, influyendo en la otra, lo primero que vemos es lo externo, nuestro cuerpo, con el cual nos reconocemos a nosotros mismos y nos permite relacionarnos con los demás y con nuestro entorno, pero más profundo que esto es nuestra dimensión psicológica, donde se encuentran nuestras emociones, pensamientos, nuestra aproximación a la realidad. Y más profunda todavía está nuestra dimensión espiritual, el lugar donde esta nuestra mismidad, lo que hace que seamos quienes somos, donde se establece la relación con Dios, es aquí donde experimentamos nuestro anhelo de trascendencia y de encuentro con Dios. Cuando una está mal, las otras dos también se ven afectadas.

Siendo las tres dimensiones muy importantes, la espiritual tiene una supremacía sobre las demás, pues el área donde nos relacionamos con el Señor y por ende encontramos la verdad acerca de quiénes somos en realidad, al saber quiénes somos desde la verdad, lo psicológico va a estar fundamentado desde lo esencial y no desde lo que creemos ser o lo que buscamos ser para ganar la aprobación de los demás. Estar en paz espiritualmente es la garantía para una verdadera salud mental, pero al mismo tiempo trabajar en el propio conocimiento personal de nuestros pensamientos, sentimientos, nos ayudará a tomar cada día más conciencia. Las tres dimensiones interactúan entre sí, lo cual significa que debemos fortalecerlas para poder lograr el equilibrio que tanto deseamos.

(Fuente: acapsi.com /Autor: Victoria Vázquez)

miércoles, 5 de agosto de 2009

Nota: Sobre la Felicidad, reportaje al P.Ignacio Larrañaga


¿Es posible que el hombre sea realmente feliz?


P. Larrañaga: Aunque mágica, la palabra felicidad no deja de ser una palabra equívoca. En realidad nadie es feliz, completamente feliz. Puede haber momentos de éxtasis o exaltación y en esos momentos parece que se ha llegado a la plenitud de la felicidad; pero ¡vana ilusión!, son momentos efímeros, fugaces. Puede haber ráfagas de felicidad, copas de alegría, pero ¿la´ felicidad misma? No. Lo que aborta la felicidad es el sufrimiento, y aquí podemos establecer una ley de proporcionalidad; cuanto más sufrimiento, menos felicidad; cuanto menos sufrimiento, más felicidad. «El arte de ser feliz» enseña a eliminar o aminorar cualquier sufrimiento y, por este camino, enseña no a ser feliz, pero sí a ser más feliz. He ahí el arte.


Un hombre que sufre enfermedad o dolor físico, ¿puede ser feliz?


P. Larrañaga: Se puede decir que cualquier dolor corporal ya ha sido eliminado con las medicinas modernas. Pero, ¿y la enfermedad? El problema de la enfermedad no es la perturbación biológica sino la resistencia mental que tiene la angustia. La angustia es el peor aguijón de la enfermedad. Un enfermo inundado de una gran paz es un enfermo feliz. Transformar la enfermedad en la «hermana enfermedad» y hacer del enfermo un «enfermo feliz». He ahí el arte.


Hoy en día vivimos pensando en tener éxito ¿Cómo prepararnos para aceptar el fracaso?


P. Larrañaga: Es verdad. Estamos inmersos en una sociedad excesivamente competitiva en la que el más fuerte, el más audaz, el más creativo se lleva la palma en una lucha sin cuartel. Por todos partes se oye el grito romano «ay de los vencidos», es decir, «ay de los fracasados». En esta sociedad no hay lugar para los fracasados; ellos son eliminados con crueldad y sin compasión. Usted me pregunta: ¿cómo aceptar el fracaso sin derrumbarse? Francamente no lo sé; o mejor, lo veo imposible. Tal vez, tan sólo en el espíritu de fe y abandono en Dios, podría suavizar el golpe y ayudarlo a mantenerse de pie. Sin fe es inevitable caerse de espaldas, hecho pedazos.


Hay gente que cree que el hombre se tortura con angustias y obsesiones porque piensa demasiado.


P. Larrañaga: No porque piensa demasiado sino porque da vueltas en su mente, e inútilmente, a hechos consumados y episodios tristes. Y de tanto dar vueltas en su cabeza a sucesos tristes de la vida, las personas se hacen temperamentalmente tristes. Los hechos que no tienen solución o la solución no está en nuestras manos ¿para qué darles vueltas en la mente? Hay que dejarlos en manos de Dios.


¿Por qué cree usted que tenemos tanto miedo a que los años se nos pasen y la muerte nos sorprenda sin haber vivido? ¿Cuál es su respuesta a los que temen la muerte?


P. Larrañaga: Es un sentimiento hondo, casi siempre inconsciente pero real: se les van pasando los años y están aproximándose al ocaso de la vida. No les falta nada. Por tenerlo todo, hasta tienen salud fisica y mental, pero están dominados por la sensación de que les falta todo. Si les preguntamos por la razón de su vivir, responderán que no la tienen. Es el vacío, la oscura sensación de que se les va la vida sin haberla vivido. Su existencia no ha sido gratificante. ¿Respuesta a los que temen la muerte? No es fácil responder. Es un fenómeno de gran complejidad. Ese temor, para los que no tienen fe, participa del «horror vacui», horror al vacío. Desde luego es un temor irracional: se debería pensar mil veces en la ley universal de que lo que comienza, acaba, ley respetada por todos los seres de la creación, excepto por el hombre.


Al igual que aprendemos a leer, escribir... ¿tenemos que aprender a ser felices? ¿Depende de nosotros o de las circunstancias que nos toque vivir?


P. Larrañaga: En la época prehumana, los animales no se hacían problemas para vivir. Todos sus problemas los encontraban solucionados mediante mecanismos instintivos con los que resolvían, casi mecánicamente, sus necesidades elementales. Los animales no pueden ser más felices de lo que son. No tienen problemas. No se aburren. El hombre, en cambio, desde que sale a la luz, todo son problemas: tiene que comenzar a respirar, alimentarse, a andar, a hablar... y así, a lo largo de los años, y hasta la muerte, su existencia es un eterno aprender a vivir y ser felices. Es verdad que hay personalidades genéticamente proclives a la tristeza, otras a la alegría. También es verdad que ciertas circunstancias de la vida pueden favorecer u obstaculizar la dicha del vivir.


En la actualidad disponemos de muchos medios materiales, avances tecnológicos... pero la gente parece más individualista, nerviosa, dispersiva, en una palabra, menos feliz. ¿Tendremos que huir a una isla desierta para ser felices?


P. Larrañaga: Efectivamente, la sociedad moderna es asesina, digamos así, porque acaba por desintegrar lo más sagrado del hombre que es la unidad interior y la estabilidad emocional. Y por ahí sobrevienen la dispersión, el estrés, y podemos aproximamos peligrosamente hacia la depresión, y todo esto en medio de la sensación generalizada de desasosiego. Para salvamos de una sociedad tan desestabilizadora no necesitamos retiramos a una isla solitaria. Pero tampoco se nos va a regalar la dicha de vivir como un presente de Navidad.


Usted da mucha importancia a la oración, ¿necesita de ella para vivir con alegría?


P. Larrañaga: Pienso absolutamente que el trato de amistad y la relación personal con Dios favorece enormemente, casi decididamente, la libertad interior, la ausencia del miedo y la alegría de vivir. Además sospecho que la oración y la actitud de abandono son el único camino de la paz profunda. De todas maneras pienso que los golpes rudos de la vida nos despedazarán inevitablemente si Dios está totalmente ausente del corazón.


Y si no tienes fe ¿puedes ser igualmente feliz?


P. Larrañaga: Comprendo que puede haber hombres y mujeres completamente agnósticos e igualmente felices. Pero esto por excepción. El hombre, sin fe, tiene que sentir un gran vacío, allá, en la última soledad del ser, en aquel pozo infinito que sólo un infinito puede llenar.


(Fuente: catholic.net)

lunes, 3 de agosto de 2009

¡Feliz Día del Párroco!


Texto (Extractos) del micro radial de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (Sábado 28 de julio de 2007)

"El 4 de Agosto, Fiesta del Santo Cura de Ars, se celebra el día del Párroco. Es una fiesta que quisiera recordar en la vida de la Iglesia. En la Parroquia el sacerdote vive de una manera plena y concreta la misión de Jesucristo, el Buen Pastor. La Parroquia abarca toda nuestra vida como hijos de Dios. En ella nacemos a la vida cristiana por el bautismo y crecemos como familia cristiana. En este ámbito local es donde se aprecia en toda su dimensión eclesial la persona y el ministerio del párroco.

En el reciente documento de Aparecida cuando se habla de la renovación de las parroquias se mira en primer lugar a la persona del párroco y se dice que: “la primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Jesucristo, porqué sólo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar una parroquia. Pero al mismo tiempo debe ser, continúa, un ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración”. ¡Cuánta riqueza y responsabilidad pastoral pone la Iglesia sobre los hombros de este hijo suyo al que ha ordenado sacerdote para el servicio del pueblo de Dios! Cómo no valorarlo y acompañarlo en esta misión. Cuando el Código define a la parroquia como una comunidad estable de fieles, agrega que se la encomienda a un párroco, como a su pastor propio (c. 515). Esto, ser pastor propio, significa que todos tenemos en nuestro párroco una referencia de cuidado pastoral que hace a su tarea y responsabilidad, pero además, esta relación nos involucra y compromete como miembros vivos de una misma comunidad. Como vemos no se trata de un camino con sentido único que va, del párroco al fiel, sino que es necesaria también esa otra relación del fiel a su párroco. Así crece la Iglesia según el proyecto de Jesucristo. Esta relación pastor-comunidad reclama una mirada de fe para ser vivida en su originalidad y fecundidad pastoral. Fortalecer la vida e identidad de nuestras comunidades parroquiales es fortalecer la presencia viva de la Iglesia, en cada barrio, pueblo o ciudad. Por ello quiero agradecer y felicitar a nuestros párrocos en su día y elevar mi oración por su ministerio sacerdotal. Pero quisiera, además, hacerlos partícipes a ustedes en esta celebración, para que la vivan desde la intimidad de la oración personal y a través del gesto cercano de saludarlos en sus comunidades. Ellos han sido ordenados al servicio de ustedes, ellos necesitan de la presencia y la colaboración de ustedes."


(Mons. José María ArancedoArzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz / Fuente:catholic.net)

viernes, 31 de julio de 2009

Eventos: Jornadas de Psicología a la Luz de la Fe



UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA
"Santa María de los Buenos Aires"
Edificio San Alberto Magno (Subsuelo)
Auditorio Santa Cecilia
Alicia Moreau de Justo 1500 – C.A.B.A.

JORNADAS DE PSICOLOGÍA
A LA LUZ DE LA FE
2009

“TODOS LOS HOMBRES
BUSCAN LA FELICIDAD”

Fundación metafísica
del dinamismo humano y Psicología.
2 y 3 de octubre de 2009


VIERNES 2 DE OCTUBRE
De 15 a 16 hs. Inscripción

(11) 15-4093-1072
No es necesaria la inscripción previa.

Informes:



Actualidad Católica: Año Sacerdotal


La parroquia Santa Catalina de Siena de la ciudad de buenos Aires edita mensualmente un boletin informativo. De allí extraemos el siguiente comentario.


"Benedicto XVI ha resuelto convocar oficialmente un "Año Sacerdotal" en ocasión del 150 aniversario de la muerte de Juan María Vianney, cura de Ars, Santo Patrón de todos los sacerdotes del mundo. El objetivo es promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo.
En este momento de manifiestas infidelidades de algunos ministros de la Iglesia, caemos en la tentación de dejarnos llevar por el escándalo y el abandono. Resaltamos las debilidades de nuestros pastores en lugar de renovar el reconocimiento gozoso de la grandeza del don de Dios reflejado en magníficas figuras religiosas plenas de amor a Dios y a las almas. Y no necesariamente sean figuras intelectualmente brillantes. Sabemos que el Santo Cura de Ars no lo era, ya que hasta su ordenación sacerdotal estuvo en juego por este motivo. Pero el amor siempre es más fuerte, como surge de su dicho frecuente: "El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús". Necesitamos pastores que sepan hacernos sentir el amor misericordioso del Señor; que tengan un sentido de obediencia ejemplar, para que en los momentos que no se sientan a la altura de su misión - que inexorablemente vendrán - rechacen la tentación de abandonar las responsabilidades del ministerio. Con mucha humildad y profunda fe sabrán que: "El mismo Dios que dijo: "Brille la luz en medio de las tinieblas", es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo" (2 Cor. 4,6). Queremos sacerdotes - como dice el Papa - que no se resignen a ver vacíos sus confesionarios ni que se limiten a constatar la indiferencia de los fieles a los sacramentos. En la Francia revolucionaria del Santo Cura de Ars, la confesión no era ni más fácil ni más frecuente que ahora. Sin embargo él logró que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia Sacramental mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística.Queremos sacerdotes que amen y sean amados.

(Fuente: santacatalina.org.ar)

jueves, 30 de julio de 2009

Palabras de Vida: Enseñarás a volar



"Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo...

Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño...

Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida...

Sin embargo...en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño...
perdurará siempre la huella del camino enseñado."
(Madre Teresa de Calcúta)

martes, 28 de julio de 2009

Libro recomendado: "Pensamientos sanadores" de Anselm Grün


Monje y sacerdote benedictino alemán, nacido en 1945. Es doctor en Psicología, Teología y Ciencias empresariales. También es consejero espiritual y director de cursos de oración y meditación. Vive en la abadía de Münsterschwarzach (Alemania), de la cual es prior.

El padre Grün revaloriza la sabiduría de los antiguos monjes y Padres del desierto, armonizándola con los conocimientos de la psicología moderna.

Conjuntamente con su labor administrativa, desarrolla diversas actividades de orientación terapéutico-espiritual para sacerdotes y religiosos, y acompañamiento espiritual de numerosas personas que se acercan a la abadía o lo siguen a través de sus escritos, ya que es reconocido como uno de los autores de espiritualidad más fecundos y populares de hoy.

Pensamientos sanadores es un conjunto de reflexiones sobre la importancia del encuentro, la gratitud, la armonía y la atención en el feliz desarrollo de nuestra vida.

Reflexión: A quienes Dios ayuda


Vive tu vida al maximo.

Aprovecha al máximo cada hora, cada día y cada época de la vida.

Así podrás mirar al futuro con confianza y al pasado sin tristeza.

Sé tú mismoPero sé lo mejor de ti mismo.

Ten valor para ser diferente y seguir tú propia estrella.

Y no tengas miedo de ser felizGoza de lo belloAma con toda el alma y el corazón.

Cree que aman, aquellas personas que tú amas.

Olvídate de lo que hayas hecho por tus amigos y recuerda, lo que ellos han hecho por ti.

No repares en lo que el mundo te debe y fíjate en lo que le debes al mundo.

Cuando te enfrentes a una decisión, tómala tan sabiamente como te sea posibleLuego olvídala.

El momento de la certeza absoluta nunca llega.

Sobre todo recuerda, que Dios, ayuda a quienes se ayudan a sí mismos.

Actúa como si todo dependiera de ti, y reza como si todo dependiera de Dios.

Vive cada día a plenitud.


(Autor desconocido)

lunes, 29 de junio de 2009

La Psicología ante la Gracia (Introducción al tema)





El presente artículo está basado en las Jornadas de Psicología realizadas los dias 8 y 9 de Agosto de 2008 en la Universidad Católica Argentina a las cuales pude asistir. La autora es la Lic. Zelmira Seligmann, una de las organizadoras de este evento.

Autor: Zelmira Seligmann
Fuente: Jornadas "Psicología ante la Gracia-La confianza en la Gracia"
Fundamento y guía principal de la tarea del Psicólogo

La confianza en la Gracia

Hoy en día la Psicología, cumpliendo de alguna manera el proyecto nietzscheano de “señora de las ciencias”, aparece en todos los ámbitos donde se mueve el hombre mismo. Por eso nos referiremos a la tarea del psicólogo en un sentido amplio, en las diversas áreas en que se requiere generalmente su presencia, en las distintas situaciones a las que se enfrenta, y en las que los demás ponen exageradas expectativas respecto de la resolución de problemas. La Psicología se ha forjado, en el mundo actual, para el común de la gente –y hasta en muchos de ámbitos académicos una cierta imagen de omnipotencia. Y hasta en los ambientes más religiosos ha penetrado reemplazando la verdadera vida espiritual y la mística cristiana. Esto no nos extraña, ya que es heredera de la filosofía moderna, y realiza sus ideales antropocéntricos de superioridad de la ciencia humana y de su método. Por eso vemos que pretende dar pautas indiscutibles de conducta: en la educación, en la salud y la enfermedad, en las crisis vitales, en el discernimiento vocacional, en la elección profesional, en las relaciones familiares, institucionales, sociales, etc. Y todavía más, muchas veces se le exige al psicólogo hacer pronósticos certeros sobre la vida entera de una persona, con una proyección de futuro más propia de Dios que de los hombres. Debido a esto, hablaremos del psicólogo como aquel que se enfrenta a un hombre que ciertamente no se encuentra en el estado de naturaleza íntegra (donde la mente estaba sometida a Dios), pero tampoco totalmente corrompido como pretende Lutero y el protestantismo, Freud y el psicoanálisis, y también muchas corrientes de psicología de raíz moderna. Nuestra posición se ubica en el reconocimiento del hombre que posee una naturaleza caída, con un severo desorden en su personalidad, pero que tiene la posibilidad de ser restaurada y sanada por la gracia. El hombre no puede llegar a su plenitud como hombre, si no es por la gracia. No puede llegar a ser plenamente “sano” y ordenado psíquicamente, si no es con la ayuda de la gracia. Por eso el psicólogo en su tarea, debe confiar en la gracia, es decir, deber tener fe en la realidad de la gracia de Dios, en su efectiva acción en el alma y en su dinamismo, que la eleva al fin último sobrenatural. Y esto plantea también un tema polémico y urticante para muchos –aún entre los psicólogos católicos y es si el psicólogo es mejor si tiene fe, y hasta si es bueno que de testimonio de su fe. ¿Es lo mismo un psicólogo con fe, que uno sin fe? ¿Es mejor un psicólogo que confía más en la omnipotencia de la Psicología que uno que confía en el poder de la gracia de Dios y trata de ser un buen instrumento? Pero avancemos en el desarrollo de los temas e iremos develando estas cuestiones.
Fuente: Catholic.net

miércoles, 24 de junio de 2009

Nota: Psicología y fe católica




La Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Cuyo, organizó un posgrado sobre el tema “Psicología y Religión: hacia una integración”, destinado a profesionales de la salud, estudiantes y religiosos. La última conferencia estuvo a cargo de monseñor Jorge Luis Lona, obispo de San Luis, quien habló sobre “Psicología y fe católica”. Algunos de sus conceptos los ofrecemos a continuación.

* Toda psicología, lo reconozca o no, supone una antropología. Desde esa perspectiva intentaremos desarrollar el amplísimo tema que se nos ha asignado.

* La fe nos propone verdades que sin contradecir a la razón, la iluminan desde un plano superior, sobrenatural. Son los misterios revelados por Dios al hombre sobre la naturaleza divina y humana. La primera de esas grandes verdades es la de nuestra condición de creaturas, semejantes a nuestro Creador. Fuimos hechos así -de la nada- por amor y para poder amarlo.

* Por nuestra intrínseca limitación de creaturas, podemos hacer de nuestra pequeñez un refugio defensivo que nos coarte la vida y la humildad deja de serlo para convertirse en su falso sustituto: la pusilanimidad. Y en el otro extremo, el anhelo de excelencia puede desordenarse y retorcido sobre sí mismo transformarse en la falsa magnanimidad: la soberbia.

* La segunda de las grandes verdades antropológicas es un desarrollo particular de la primera. Como creaturas semejantes a nuestro Creador, no somos seres solamente corpóreos, sino también espirituales, cuerpo y alma y, por lo tanto, inteligentes y libres.

* La tercera verdad antropológica se vincula también a la primera. El ser humano es al mismo tiempo persona individual y ser social. Así es imagen de Dios y así está destinado a parecerse a Dios en el amor, que es el sentido de su vida. Dios agrega un don sobrenatural de divinización del amor humano -que llamamos caridad- que le permite al hombre responder libremente al infinito amor de Dios y así alcanzar aquella plenitud del amor humano a que nos hemos referido. Fe, esperanza y caridad, tres dones sobrenaturales sin los cuales la antropología cristiana resultaría una pretensión desmesurada.

* La cuarta verdad sobre el hombre nos enfrenta con el misterio del mal moral y del sufrimiento. Siendo seres creados por un Dios infinitamente bueno, ¿cómo es posible que exista entre nosotros una tendencia al mal, que es en definitiva la mayor causa de nuestros sufrimientos? El misterio, revelado, es que nuestra naturaleza original sufrió una terrible caída, por nuestra propia culpa. Y que ante esa caída la respuesta de Dios fue un acto de amor infinito, que jamás hubiéramos podido imaginar. Distinguir entre el bien y el mal moral y reconocer lo que haya en nosotros de culpa, de responsabilidad por el mal consciente y voluntariamente elegido, no es por lo tanto un proceso enfermizo, sino el comienzo de nuestra curación. Es la esperanza que nos brinda Jesucristo y no conduce a la amargura y al desprecio por sí mismo, sino a la alegría de una vida auténticamente renovada. Es la quinta verdad que nos propone la antropología cristiana. Vivimos nuestra vida presente en el tiempo y por consiguiente en el cambio, de sentido creciente al comienzo y luego declinante hasta que llegamos a nuestra muerte corporal. Pero ese no es el fin de nuestra existencia. Estamos destinados a trascender el tiempo y alcanzar nuestra vida futura y definitiva en la eternidad. Ser cristiano es vivir esta verdad de fe en la esperanza, anhelo y confianza plena en el amor de Dios triunfante.
Fuente: aica.org

Libro Recomendado: "El Amor a nosotros mismos" del P.Ricardo Martensen


Un libro que nos adentra en el misterio de la realización del hombre en el Amor.A través de sus capítulos, el autor nos ayuda a reflexionar sobre la propia identidad como imágen de Dios y a la conciencia del cultivo de la eternidad, en lo cotidiano de la vida temporal. Nos muestra que significa "el amor a nosotros mismos" desde una perspectiva, madura y sana.No es en el egocentrísmo en donde nos desarrollamos como personas, sino en el amor donde crecemos y alcanzámos la verdadera realización.Si bien este texto ha surgido dentro de la experiencia de su autor en la Iglesia Católica, su contenido tiene mucho para aportar a quienes desean crecer en el conocimiento de si mismos, y seguir buscando el crecimiento y la madurez del amor.El Padre Ricardo Mártensen, sacerdote jesuíta es fundador del Movimiento de la Palabra de Dios, perteneciente a la Iglesia Católica. Desde 1974 se ha dedicado a la formación de jóvenes en el compromiso con la evangelización de la cultura y el desarrollo de una civilización nueva basada en la experiencia de la vida de oración y el compromiso con la fe católica.