El Evangelio

Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

jueves, 16 de diciembre de 2010

Bendición de Navidad




Que en esta Navidad, Jesús te bendiga con la gracia de su nacimiento en tu corazón, una vez más.

Que la paz de su Espíritu inunde tu vida y se manifieste en lo cotidiano en medio del ruido de la ciudad.

Que en medio de tus preocupaciones, angustias y dificultades una vez más la estrella de Belén te ilumine.

Para vos la paz, el amor y la fortaleza con la que Dios Padre quiere bendecirte, se manifieste en esta Navidad.


Un gran abrazo en comunión fraterna,

Alberto

martes, 7 de diciembre de 2010

El Adviento: Tiempo de Espera


Espíritu y dimensión del adviento hoy


Toda la mística de la esperanza cristiana se resume y culmina en el adviento. Por otra parte, también es cierto que la esperanza del adviento invade toda la vida del cristiano, la penetra y la envuelve.
Hay que distinguir en el adviento una doble perspectiva: una existencial y otra cultual o litúrgica. Ambas perspectivas no sólo no se oponen, sino que se complementan y enriquecen mutuamente. La espera cultual, que se consuma en la celebración litúrgica de la fiesta de navidad, se transforma en esperanza escatológica proyectada hacia la parusía final. La espera, en última instancia, es única; porque la venida del Señor, aparentemente múltiple y fraccionada, también es única.
Las primeras semanas del adviento subrayan el aspecto escatológico de la espera abriéndose hacia la parusía final; en la última semana, a partir del 17 de diciembre, la liturgia del adviento centra su atención en torno al acontecimiento histórico del nacimiento del Señor, actualizado sacramentalmente en la fiesta.


Adviento y esperanza escatológica


La liturgia del adviento se abre con la monumental visión apocalíptica de los últimos tiempos. De este modo, el adviento rebasa los límites de la pura experiencia cultual e invade la vida entera del cristiano sumergiéndola en un clima de esperanza escatológica. El grito del Bautista: «Preparad los caminos del Señor», adquiere una perspectiva más amplia y existencial, que se traduce en una constante invitación a la vigilancia, porque el Señor vendrá cuando menos lo pensemos. Como las vírgenes de la parábola, es necesario alimentar constantemente las lámparas y estar en vela, porque el esposo se presentará de improviso. La vigilancia se realiza en un clima de fidelidad, de espera ansiosa, de sacrificio. El grito del Apocalipsis: «¡Ven, Señor, Jesús!», recogido también en la Didajé, resume la actitud radical del cristiano ante el retorno del Señor.
En la medida en que nuestra conciencia de pecado es más intensa y nuestros límites e indigencia se hacen más patentes a nuestros ojos, más ferviente es nuestra esperanza y más ansioso se manifiesta nuestro deseo por la vuelta del Señor. Sólo en él está la salvación. Sólo él puede librarnos de nuestra propia miseria. Al mismo tiempo, la seguridad de su venida nos llena de alegría. Por eso la espera del adviento, y en general la esperanza cristiana, está cargada de alegría y de confianza.

Adviento y compromiso histórico


La invitación del Bautista a preparar los caminos del Señor nos estimula a realizar una espera activa y eficaz. No esperamos la parusía con los brazos cruzados. Es preciso poner en juego todos nuestros modestos recursos para preparar la venida del Señor.
Los teólogos están hoy de acuerdo en afirmar que el esfuerzo humano por contribuir a la construcción de un mundo mejor, más justo, más pacífico, en el que los hombres vivan como hermanos y las riquezas de la tierra sean distribuidas con justicia, este esfuerzo —se afirma— es una contribución esencial para que el mundo vaya madurándose y preparándose positivamente a su transformación definitiva y total al final de los tiempos. De esta manera, la «preparación de los caminos del Señor» se convierte para el cristiano en una urgencia constante de compromiso temporal, de dedicación positiva y eficaz a la construcción de un mundo nuevo. La espera escatológica y la inminencia de la parusía, en vez de ser motivo de fuga del mundo o de alienación, deben estimularnos a un compromiso más intenso y a una integración mayor en el trabajo humano.
El adviento nos hace desear ardientemente el retorno de Cristo. Pero la visión de nuestro mundo injusto, marcado brutalmente por el odio y la violencia, nos revela su inmadurez para la parusia final. Es enorme todavía el esfuerzo que los creyentes debemos desarrollar en el mundo a fin de prepararlo y madurarlo para la parusía. Deseamos con ansiedad que el Señor venga, pero tememos su venida porque el mundo aún no está preparado para recibirlo. El cielo nuevo y la tierra nueva sólo se nos aparecen en una lejana perspectiva.

El adviento entre el acontecimiento de Cristo y la parusía


La venida de Cristo y su presencia en el mundo es ya un hecho. Cristo sigue presente en la Iglesia y en el mundo, y prolongará su presencia hasta el final de los tiempos. ¿Por qué, pues, esperar y ansiar su venida? Si Cristo está ya presente en medio de nosotros, ¿qué sentido tiene esperar su venida?
Esta reflexión nos sitúa frente a una tremenda paradoja: la presencia y la ausencia de Cristo. Cristo, al mismo tiempo, presente y ausente, posesión y herencia, actualidad de gracia y promesa. El adviento nos sitúa, como dicen los teólogos, entre el «ya» de la encarnación y el «todavía no» de la plenitud escatológica.
Cristo está, sí, presente en medio de nosotros; pero su presencia no es aún total ni definitiva. Hay muchos hombres que no han oído todavía el mensaje del evangelio, que no han reconocido a Jesucristo. El mundo no ha sido todavía reconciliado plenamente con el Padre. En germen, sí, todo ha sido reconciliado con Dios en Cristo, pero la gracia de la reconciliación no baña todavía todas las esferas del mundo y de la historia. Es preciso seguir ansiando la venida del Señor. Su venida en plenitud. Hasta la reconciliación universal, al final de los tiempos, la esperanza del adviento seguirá teniendo un sentido y podremos seguir orando: «Venga a nosotros tu reino».
Lo mismo ocurre a nivel personal. En el hondón más profundo de nuestra vida la luz de Cristo no se ha posesionado todavía de nuestro yo más intimo; de ese yo irrepetible e irrenunciable que sólo nos pertenece a nosotros mismos. Por eso, también desde nuestra hondura personal debemos seguir esperando la venida plena del Señor Jesús.

Actualización de la venida del Señor y esperanza


Nuestra esperanza, abierta de este modo hacia las metas de la parusía final, durante los últimos días de adviento se centra de manera especial en la fiesta de navidad. En esa celebración, en efecto, se concentra y actualiza, a nivel de misterio sacramental, la plenitud de la venida de Cristo: de la venida histórica, realizada ya, de la cual navidad es memoria, y de la venida última, de la parusía, de la cual navidad es anticipación gozosa y escatológica.
Por eso nuestra espera no es una ficción provocada por cualquier sistema de autosugestión psicológica o afectiva. Esperamos realmente la venida del Señor porque tenemos conciencia de la realidad indiscutible de su venida y de su presencia en el marco de la celebración cultual de la fiesta. Al nivel del misterio cultual —que es nivel de fe— se aúnan y actualizan el acontecimiento histórico de la venida de Cristo y su futura parusía, cuya realidad plena sólo tendrá lugar al final de los tiempos.
No solamente en navidad; en cada misa, en el «ahora» de cada celebración eucarística, se actualiza el misterio gozoso de la venida y de la presencia salvífica del Señor entre nosotros. Nuestra espera tiene, pues, un sentido. La explosión de gracia y de luz que tiene lugar en la fiesta de navidad es como el punto culminante de la espera, en el que ésta se consuma y culmina plenamente.

El misterio de Cristo en el tiempo: hasta que él venga


Pero la venida de Cristo, efectuada en la esfera del misterio cultual, no es plena ni definitiva. La provisionalidad es una de sus notas características. Sólo la parusía final tendrá carácter definitivo y total. Sólo entonces aparecerán el cielo nuevo y la tierra nueva de que habla el Apocalipsis. Hasta entonces es preciso repetir, reiterar una y otra vez la experiencia de su venida al nivel del misterio. Así este continuo esperar y este continuo experimentar, un año tras otro, los efectos de su venida y de su presencia irán madurando la imagen de Cristo en nosotros.
La repetición cíclica de la experiencia cultual del adviento y de la navidad, más que la imagen de un movimiento circular cerrado en sí mismo, donde siempre se termina en el punto cero que constituyó el punto de partida, nos sugiere la imagen del círculo en forma de espiral donde cada vuelta supone un mayor grado de elevación y de profundidad. Así, cada año nuestra espera es más intensa y más ardiente, y nuestra experiencia de la venida del Señor más profunda y más definitiva. De este modo, cada año la celebración litúrgica del adviento constituye para nosotros un verdadero acontecimiento, nuevo e irrepetible.


Los modelos de la espera mesiánica


Durante el adviento, la Iglesia pone en nuestros labios las palabras ardientes, los gritos de ansiedad de los grandes personajes que a lo largo de la historia santa han protagonizado más intensamente la esperanza mesiánica. No se trata de remedar artificialmente la actitud interior de estos hombres, como quien representa un personaje en una obra de teatro. La espera continúa. La salvación mesiánica no es todavía una realidad plena. Por ello, esos grandes hombres siguen siendo hoy día como los portavoces en cuyo grito de ansiedad se encarna todo el ardor de la esperanza humana.
El primero de estos protagonistas es Isaías. Nadie mejor que él ha encarnado tan al vivo el ansia impaciente del mesianismo veterotestamentario a la espera del rey Mesías. Después Juan Bautista, el precursor, cuyas palabras de invitación a la penitencia, dirigidas también a nosotros, cobran una vigorosa actualidad durante las semanas de adviento. Y, finalmente, María, la Madre del Señor. En ella culmina y adquiere una dimensión maravillosa toda la esperanza del mesianismo hebreo.
La espera continúa. Continuará hasta el final de los tiempos. Hasta entonces, Isaías, Juan Bautista y María seguirán siendo los grandes modelos de la esperanza, y en sus palabras seguirá expresándose el clamor angustioso de la Iglesia y de la humanidad entera ansiosa de redención.


(Fuente: ACI Prensa, autor: José Manuel Bernal Llorente)

jueves, 18 de noviembre de 2010

"La Psicología descubre el poder del Perdón"


Entrevista a Robert Enright realizada por Zenit

El mensaje evangélico del perdón ha llevado a la fundación de un instituto psicológico, que demuestra su eficacia para la curación personal y la paz en el mundo.Robert Enright, psicólogo, creó el Instituto Internacional del Perdón en 1994 con el fin de aplicar años de investigación en la práctica del perdón. Es coautor de «Helping Clients Forgive: An Empirical Guide for Resolving Anger and Restoring Hope» (Ayudar a los clientes a perdonar: Guía empírica para Resolver el Odio y Restaurar la Esperanza”), publicado por American Psychological Association Books, 2000. En esta entrevista, el doctor Enright comparte con Zenit sus conclusiones.


--¿Qué efectividad ha tenido el perdón como terapia?


Enright: ha sido muy variada. Algunos grupos de investigación obtuvieron excelentes resultados científicos con la terapia del perdón, mientras que otros no.Como afirma Richard Fitzgibbons en nuestro libro, una causa de los diferentes resultados es el tiempo y el cuidado que el terapeuta dedica al paciente.Perdonar a otro por una profunda injusticia lleva su tiempo. Los instrumentos de cura a menudo insisten en la terapia «breve», la cual no da suficiente tiempo al cliente para recorrer el itinerario doloroso y terapéutico del perdón.Uno de nuestros proyectos de investigación, con Suzanne Freedman, de la Universidad de Northern Iowa, era con sobrevivientes de incestos. Estas valientes mujeres necesitaron mucho tiempo, en torno a un año, para perdonar a quienes habían abusado de ellas. Valió la pena el esfuerzo.Cuando comparamos el grupo experimental, que ha recibido terapia del perdón, con un grupo de control que no la ha recibido, en el primero se reduce de manera significativa la ansiedad y la depresión. Después de que el grupo de control iniciara y completara la terapia del perdón, ambos mostraron una mejora significativa en sus síntomas de ansiedad y depresión.Aunque un año parece mucho tiempo, deberíamos darnos cuenta de que algunas de las mujeres sufrían desórdenes emocionales desde hacía 20 ó 30 años antes de perdonar.Vemos resultados similares con otros grupos: hombres y mujeres en comunidades de rehabilitación de drogas; pacientes terminales de cáncer; matrimonios a punto de divorciarse; adolescentes presos; pacientes cardíacos y otros.


--¿Qué pasos debe dar una persona que desea curarse mediante el perdón?


Enright: Seguir el propio itinerario de perdón es otra razón del éxito observado en la terapia del perdón. El doctor Fitzgibbons y yo ofrecemos un itinerario de perdón, científicamente avalado en nuestra obra. Este itinerario es ampliamente descrito en mi libro «Forgiveness Is a Choice» («El perdón es una opción») para el público en general.En este itinerario, en primer lugar, las personas deben reconocer que han sido tratadas injustamente, reconocer humildemente que esto les ha supuesto un choque emocional y que están verdaderamente enfadadas.A continuación, si desean empezar la terapia del perdón, deben explorar lo que es perdón y lo que no es perdón. Por ejemplo, cuando las personas perdonan, no están condonando, excusando u olvidando lo que han hecho contra ellas. Pueden reconciliarse o no reconciliarse.Perdonar es reducir el resentimiento y aumentar la benevolencia y el amor hacia alguien que ha sido injusto. Esta es una opción personal, un acto de la voluntad. Reconciliarse es para dos personas recuperar la mutua confianza. Esto requiere la cooperación de ambas partes. Uno puede perdonar al ofensor y al mismo tiempo mirar a sus espaldas.Luego recomendamos que la gente se implique en lo que el doctor Fitzgibbons llama «perdón cognitivo». Son pensamientos de perdón y declaraciones dirigidas a la persona que ha sido injusta. En ese estado, la persona no necesita abordar al ofensor sino realizar este perdón cognitivo en su interior. Parte del perdón cognitivo es pensar en la persona como un todo, sin definirla sólo por sus pecados. Todos somos más que nuestras acciones. Somos vulnerables. Somos hijos de Dios. Al perdón cognitivo sigue el perdón emocional, la apertura de uno mismo a la compasión y al amor hacia este hijo de Dios que te ha golpeado. Esto es difícil y puede llevar su tiempo. Algunas personas en la terapia no están preparadas para este paso y merecen comprensión. Para nosotros sigue siendo un misterio saber cómo crece en el corazón humano esta compasión por quienes realizaron y realizan grandes injusticias. Seguramente la gracia de Dios actúa en este caso, pero nosotros como científicos no tenemos el lenguaje para describirlo plenamente. La ciencia es limitada, al igual que los intentos humanos de comprender el misterio. Más allá del perdón emocional, está la difícil tarea de «soportar el dolor» de lo que ha sucedido. Quien perdona no puede hacer que el reloj vuelva atrás y deshacer el daño, pero puede tomar la valiente decisión de aceptar el dolor y ser un instrumento de bien para el ofensor.Para un cristiano, esto nos lleva a identificarnos con Cristo que sufre en la cruz por nuestros pecados. Él soporta el dolor por nosotros. Nosotros hacemos lo mismo por los demás después de haber sido perdonados.


--¿Qué ha aprendido sobre los niños y el perdón?


Enright: Los niños parecen tener corazones cálidos y abiertos al perdón. Por consiguiente, la educación al perdón es una posibilidad real para ellos.Al mismo tiempo, pienso que a los niños se les puede desanimar a perdonar si están rodeados por quienes ridiculizan o son indiferentes hacia el perdón. Por consiguiente la educación al perdón es vital.Mis colegas Jeanette Knutson, Anthony Holter y yo hemos trabajado en escuelas católicas y estatales de Belfast, Irlanda del Norte, los últimos tres años, ofreciendo programas de perdón para las primeras tres clases de educación general básica. Preparamos a los profesores y ellos imparten el programa a los niños.Hemos publicado recientemente un libro gráfico infantil sobre el perdón, «Rising above the Storm Clouds» («Superar las Nubes de Tormenta»), para niños de entre 4 y 10 años, que usamos en el programa de tercero. Este año iremos al quinto curso y el siguiente, a la educación secundaria.Hemos descubierto que niños tan pequeños como los de seis años, pueden aprender sobre el perdón y de esta manera reducir la cólera excesiva. Estamos en Belfast para ofrecer el don del perdón a esta ciudad circundada de guerra. Esperamos que los niños, al pasar los años, se conviertan en completos perdonadores, desde el punto de vista teológico, filosófico y psicológicoEsperamos que, armados con esta profunda comprensión del perdón, cuando sean adultos, forjen una paz más satisfactoria en su comunidad que la de sus predecesores.Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI nos han enseñado que el perdón es la más importante vía hacia la paz en este mundo. Nuestro trabajo en Belfast es sencillamente actuar siendo conscientes de esto.


--¿Qué consejo daría a la gente sobre la práctica del perdón en su vida diaria?


Enright: Primero, el perdón es de Dios y no podemos pensar en el perdón como una técnica psicológica más. Perdonar es entrar en el misterio de la cruz de Cristo.Esta es una enseñanza difícil en efecto, pero vale la pena esforzarse por comprenderla. Aunque las personas perdonen sin pretender deliberadamente obedecer a Dios, este comportamiento les puede permitir abrirse a Él.En segundo lugar, la gente que perdona necesita saber qué es el perdón y qué no es el perdón. Perdonar es ofrecer amor incondicional al ofensor. No es un acto de debilidad. Cuando una persona perdona, debería buscar justicia. Si a uno le estropean el coche, puede perdonar y al mismo tiempo presentar la factura de la reparación al causante.En tercer lugar, el perdón está íntimamente ligado a la gracia de Dios. Por este motivo, la oración, la recepción de los sacramentos y la confianza en la acción de Dios en el corazón humano forman parte del perdón.A quienes se sitúan fuera de estas avenidas de la gracia, les digo que no podemos entender completamente la obra de Dios. Incluso tras veinte años de estudio del perdón, todavía me sorprendo. He visto ateos declarados y fervorosos cristianos perdonar con buenos resultados. Por tanto, un punto importante es estar abiertos al misterio del perdón, sin tener en cuenta el historial personal.


--¿Qué consejo daría a quienes tienen especial dificultad en perdonar a los demás, como quienes han perdido a sus seres queridos en los atentados del 11 de septiembre?


Enright: Perdonar a los demás no es algo puntual, como encender una luz en la oscuridad. Para muchos de nosotros, el perdón supone un camino en el que cargamos nuestra cruz por quien nos ha hecho daño.Esto requiere tacto y paciencia con uno mismo y tiempo. Se aprende mucho cuando se acepta el peso y el dolor de la cruz.Por eso, a quienes no pueden perdonar, les pregunto: «¿Estás listo para explorar lo que es o no es el perdón?». Esta pregunta no pide a nadie que perdone sino más bien examinar lo que es el perdón.Cuando una persona ya conoce las dimensiones del perdón, yo le pregunto: «¿Estás preparado para examinar el perdón de la persona que te ha hecho daño, en su forma más básica? ¿Deseas tratar de no hacer daño a esa persona?». Esta pregunta no pide a la persona que ame al ofensor sino refrenar en sí misma lo negativo, refrenar el deseo de hacer daño incluso de modo sutil. Luego viene la pregunta: «¿Deseas el bien para esa persona?». Esto cambia el enfoque hacia lo positivo, hacia al menos un deseo, aunque no sea una acción deliberada, el bien de otra persona.Todas estas preguntas pretenden mover a la persona ofendida hacia una mayor cercanía en el amor. Si aún rechaza el perdón, debemos comprender que su «no» enfático hoy no es necesariamente la última palabra. Esta persona puede cambiar mañana.


--¿Qué añade a la comprensión del perdón el aspecto de la fe y la imitación de Cristo?


Enright: Cristo es amor. El perdón que ofrecemos es un acto de amor. Siempre que se perdona, se sea o no consciente de ello, se entra en el amor de Cristo manifestado por su cruz.Mi colega Jeanette Knutson logró hacer que yo lo comprendiera. A través de los años, he venido a comprobar un gran misterio, que brotaba con fuerza en la obra de Juan Pablo II el Grande «Salvifici Doloris»: perdonar es entrar en el sufrimiento redentor a favor de otra persona.Nos unimos a Cristo en su cruz para la salvación de quien nos ha ofendido. Para decir «sí» conscientemente a esta gran alegría a pesar del sufrimiento. Perdonar es no dar importancia al sufrimiento que has tenido que experimentar a causa del pecado de otro.De hecho, siguiendo la enseñanza del cardenal Walter Kasper en su libro, «Sacramento de unidad», no sólo imitamos a Cristo cuando perdonamos, sino que entramos en unión con él. Este es otro gran misterio análogo al de la unión de Cristo con su Iglesia. Cuando perdonamos, experimentamos este modo de unión con él por el bien de otra persona.Así Dios en su sabiduría ha dispuesto muchos modos por los que podemos unirnos a su Hijo: mediante la participación en el cuerpo de Cristo, a través de la Eucaristía, y por medio del perdón amoroso e incondicional de los demás.Necesitamos aclarar esto más a menudo a la gente que desea profundizar sobre el perdón.


--¿Qué proyectos tiene entre manos el Instituto del Perdón?


Enrigth:En la próxima década o en la siguiente, trabajaremos con niños afectados por entornos de guerra y otros ambientes de violencia, mediante programas de educación al perdón en escuelas, casas y lugares de culto.El perdón ha sido casi completamente ignorado por el movimiento pacifista, pero sin perdón no hay paz duradera. Dado que lleva tiempo aprender y apreciar el perdón, debemos empezar con niños para reforzar la probabilidad de que aprendan bien la lección.De manera que tratamos de convencer a los filántropos de que el perdón, centrado especialmente en los niños, debe ser parte de cualquier esfuerzo en favor de la paz. Relacionado con esto, hay un programa para ayudar a los familiares.Muy a menudo, en las zonas de guerra, la gente se casa con profundas heridas y odios que se prolongan durante generaciones. Deseamos ofrecer programas de perdón a las familias para que puedan reducir su propio odio y no lo transmitan a sus hijos.Esencialmente, tratamos de introducir la noción de la escuela, la casa y el lugar de culto como «comunidades de perdón», donde la gente se anima mutuamente en su misterio de perdón. ¿Nos podemos permitir perder tiempo sin crear semejantes comunidades de perdón?

Fuente: acapsi.com

jueves, 28 de octubre de 2010

"Oración de Sanación Interior"


Señor Jesús, Tú has venido a curarlos corazones heridos y atribulados,te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón;te ruego, en especial que curesaquellos que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida,que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocadoa lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.Te ruego, en virtud de aquella gran llagaabierta en Tu Corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos,a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación.
Cura, Señor,Todas esas heridas que, en mi vida,han sido causa de raíces de pecado.Quiero perdonar a todas las personas que me han ofendido,mira esas heridas interioresque me hacen incapaz de perdonar.Tú que has venido a curar los corazones afligidos,cura mi corazón.
Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimasque son causa de enfermedades físicas.Yo te ofrezco mi corazón,acéptalo, Señor, purifícalo y damelos sentimientos de Tu Corazón Divino.Ayúdame a ser humilde y benigno.Concédeme, Señor,la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas.Haz que pueda recuperar la paz y la alegríapor la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo autenticode Tu Resurrección,de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.


Amén


Fuente: reinadelcielo.org

viernes, 15 de octubre de 2010

Actualidad: "Oración y rescate de los mineros chilenos"


La fe y la oración son la base del éxito del ingeniero católico que hizo la perforación del rescate de los mineros en Chile


HOUSTON, 13 Oct. 10 / 04:48 pm (ACI)


Greg Hall es el dueño de la empresa Drillers Supply International, responsable de la perforación que permite el rescate de los 33 mineros atrapados en un yacimiento chileno. Este ingeniero estadounidense, que se confiesa un devoto católico, asegura que la fe para superar los obstáculos y la oración cotidiana fueron las claves del éxito de su misión. Hall, que el 12 de febrero será ordenado diácono permanente, expresó su emoción a la cadena Fox. "Ha sido un arduo trabajo pero vale la pena porque ahora estos 33 mineros se pueden reunir con sus familias. Es impresionante ver cómo en el lugar en donde pasé tanto tiempo y puse tanto esfuerzo estos mineros están saliendo, es un sentimiento maravilloso", indicó.La empresa de Hall opera en Chile desde hace más de 20 años y se especializa en perforaciones en roca dura. El Ministerio de Minería de Chile la eligió para perforar el túnel de 622 metros por que el salieron los mineros como parte del llamado "Plan B".El ingeniero explicó que trató de mantenerse al margen de los mineros de manera afectiva para no perder la concentración en una tarea tan complicada, pero siempre recibió el agradecimiento de los familiares apostados en el campamento Esperanza.Su esposa Angélica comentó que sintieron el "peso del mundo" sobre sus hombros cuando supieron que su empresa sería la encargada de la tarea. "Todo lo que sabían sobre estos procedimientos tuvo que cambiarse porque era la primera vez que taladraban para rescatar vidas humanas. La perforación tenía que ser muy precisa, muy cuidadosa para que no se originara un derrumbe. Ha sido muy tenso", indicó."Pero también ha sido todo muy emotivo, ha involucrado mucha oración, muchas capacidades, mucho planeamiento y preparación, para hacer las cosas lo más perfectas posibles", añadió.Hall conserva como recuerdo de su misión una carta en la que los mineros "básicamente me dicen gracias por el plan B. Gracias por no desfallecer. Es algo que voy a atesorar por siempre".El ingeniero explica que no ha sido este trabajo lo que le ha ayudado a crecer en la fe, sino la fe la que lo ha sostenido durante este proceso al que considera "de lejos, la tarea más difícil técnicamente para una perforación. Esos momentos en los que todo parecía fallar eran momentos para la oración"

miércoles, 6 de octubre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

Invitación: Jornada de Psicología Cristiana


VII Jornada de Psicología Cristiana


"Familia y Sexualidad"


Viernes 1º de Octubre de 2010

de 9 a 20 hs.


UNIVERSIDAD CATOLICA ARGENTINA

"SANTA MARIA DE LOS BUENOS AIRES"


Auditorio "Monseñor Derisi"

Edificio Santo Tomás Moro

Alicia Moreau de Justo 1400

Ciudad Autónoma de Buenos Aires





miércoles, 15 de septiembre de 2010

Nota: La Psicología y la Espiritualidad se acercan: Neuroteología ¿De qué se trata?


Neurología de la espiritualidad

Científicos de Pennsylvania afirman haber encontrado en el cerebro el circuito de la religiosidad. El cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico que es la base de las tradiciones religiosas.
Investigaciones realizadas en voluntarios de diferentes confesiones religiosas en sus momentos de meditación, han apreciado cambios en el cerebro relacionados con estos estados de conciencia que posibilitan la disolución de la individualidad y la identificación con la totalidad. Según los artífices de esta investigación, el cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico que es la base de las tradiciones religiosas.
Las creencias religiosas han surgido en la especie porque el cerebro humano está biológicamente preparado para mantener algún tipo de relación con lo que pueda haber más allá del universo físico, según los investigadores de la Universidad de Pennsylvania, Andrew Newberg y Eugene D’Aquilli.
Ellos han observado durante años, a través de imágenes de tomografía por emisión de positrones (TEP), el cerebro de voluntarios en estado de meditación. Los resultados de su investigación, publicados en Estados Unidos en un libro rápidamente convertido en best-seller, aparecen ahora en España de mano de la editorial Martínez Roca (Grupo Planeta).
Andrew Newberg y Eugene D’Aquilli descubrieron que el estado de meditación o de relajación mental desactiva zonas del cerebro que regulan la personalidad, permitiendo que los voluntarios pierdan durante un tiempo la capacidad de distinguirse de los demás y se sientan identificados con una totalidad trascendente.
Este descubrimiento coincide con los relatos de las experiencias místicas o de trance y para los investigadores constituye la evidencia de que el cerebro tiene la capacidad de conectar con una realidad oculta más allá del universo físico.


Neuroteología, nueva disciplina


Ello ha dado origen a una nueva disciplina, la neuroteología, según la cual Dios ha dejado huellas de su presencia en el cerebro para que los seres humanos puedan llegar a conocerle y sientan el impulso de llegar hasta él.
Para verificar esta teoría, la investigación se centró en voluntarios especializados en la búsqueda espiritual procedentes de diferentes confesiones religiosas, como monjes tibetanos y frailes franciscanos.
Estos voluntarios accedieron a realizar sus prácticas de oración y meditación bajo observación neurológica, que se realizaba mediante una especie de radiografía cerebral llamada Spect, un escáner que mide el flujo sanguíneo relacionado con la actividad cerebral.
El Spect se basa en las posibilidades de las nuevas Cámaras Gamma para adquirir imágenes en tridimensión y reconstruir todos los planos necesarios (axiales, coronales, sagitales y 3D) de un órgano, lo que constituye una poderosa herramienta para el diagnóstico de enfermedades. Estas Cámaras Gamma son llamadas SPECT, que quiere decir "Tomografía Computada Por Emisión de Fotón único".


Modificación del encéfalo


Lo primero que arrojó esta investigación con cámaras Gamma es que la actividad del encéfalo se modifica con las actividades espirituales. La actividad se intensifica en la parte frontal del cerebro cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración.
Al mismo tiempo, el Spect reveló un descenso de la actividad en la región de los lóbulos parietales, que es la que desempeña la función fundamental para ubicarnos en el espacio y la que permite al yo distinguirse de los demás.
Este descenso de la actividad en los lóbulos parietales origina percepciones espaciales anormales y la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.
Es en ese momento cuando se posibilita la así llamada experiencia mística, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido.


Repercusión social


La investigación de Newberg y d’Aquili ha sido objeto de todo tipo de comentarios, ya que si para sus artífices debe ser considerada como un argumento a favor de la existencia de Dios, para otros, más críticos, este circuito cerebral de la espiritualidad confirma que la experiencia espiritual o religiosa de la especie es sólo un producto más de la actividad cerebral, sin ningún soporte real fuera de nuestra percepción.
Para los defensores de este punto de vista, la creencia religiosa ha sido prevista por la evolución con una doble función: por un lado, para ayudar a los seres humanos a superar las dificultades de la vida, y por otro lado, para contribuir a la supervivencia, lo que explica por sí mismo su implantación en la neurogénesis.
De todas formas, al margen de las lecturas que puedan hacerse de la investigación, lo cierto es que dentro del ámbito científico crece el interés por el estudio del cerebro y de su implicación en los procesos relacionados con la experiencia religiosa.
Roy Mathew, de la Universidad de Duke, lleva años investigando la relación que pueda existir entre las experiencias religiosas y los estímulos cerebrales provocados por drogas alucinógenas.
The Washington Post también ha dedicado algún trabajo a explicar la búsqueda de la sinapsis de la espiritualidad, desvelando la amplitud de las investigaciones que se realizan en este campo.


Religión y salud


Entre ellas se refiere a la de Michael Persinger, de la Universidad Laurentian de Sudbury, en Ontario, quien consigue provocar experiencias místicas en voluntarios a través de irrigar sus cráneos con débiles señales electromagnéticas. Wired le ha dedicado también un interesante artículo.Benjamín Elías Hidalgo ha elaborado por su parte un interesante dossier sobre la utilidad de la neuropsicología para la experiencia religiosa, que constituye una referencia sobre las investigaciones que se realizan en este campo y las reflexiones que suscitan.Estos son algunos ejemplos de las investigaciones que se realizan en el marco de la así llamada neuroteología. Otro ejemplo se refiere a las investigaciones médicas sobre la relación entre la meditación o la oración y el estado de salud, de las que ya nos hicimos eco oportunamente en Tendencias.
Más de 1.200 estudios (de los cuales el 90% en Estados Unidos) se han publicado en los últimos diez años que relacionan la espiritualidad con la salud.Como conclusión de la mayoría de ellos puede establecerse que tener la convicción de estar protegido por una fuerza superior o de estar unido en una creencia con otras personas, es un elemento que potencia la eficacia del sistema inmunitario humano frente a las más diversas enfermedades, desde el cáncer a las cardiacas.Sin embargo, el ingrediente activo, el factor determinante de esta constatación, no se ha encontrado, por lo que la investigación sobre los cambios cerebrales ocurridos en procesos de oración puede ayudar a profundizar en estas investigaciones.


Fuente: Asociacionconciencia.org

jueves, 9 de septiembre de 2010

"La realidad afectivo sexual en los tiempos actuales"


Pastoral Universitaria Avellaneda-Lanús invita:

Tenemos el gusto de saludarlos e invitarlos a un momento de reflexión, que tendrá lugar en nuestra sede de 9 de Julio 212 Avellaneda Pcia. de Buenos Aires (Argentina), el día miércoles 15 de septiembre a las 20.30 hs. El año pasado estuvimos reflexionando en una serie de encuentros sobre distintos aspectos que caracterizan los tiempos que vivimos y su incidencia en nuestra vida de Fe. Nos movía el deseo de hacer algunos aportes para situar y afianzar la visión y compromiso cristianos, en medio de los cambios y perspectivas que pone ante nuestros ojos y experiencia el mundo que nos toca vivir. Hoy retomamos ese mismo deseo y, en continuidad con él, nos proponemos reflexionar sobre el tema de la realidad afectivo-sexual en los tiempos actuales. Es uno de los tantos aspectos que se han visto revolucionados por nuevas perspectivas y conductas. Es un tema de capital importancia por las implicancias que tiene en la vida afectiva, matrimonial y familiar. A nadie escapa el proceso, iniciado en las últimas décadas, de la así llamada “liberación sexual”, con cambios evidentes en las costumbres, tiempos y modos de vivir la sexualidad. Particularmente ha influido en la precocidad de la iniciación sexual y en las formas de relación entre los sexos en la adolescencia y juventud. También ha invadido los medios de comunicación social, los programas de TV, las propagandas, etc. Un dato reciente, en nuestro país, respecto a esta temática, ha sido la promulgación de la ley que permite el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, habilitándolas para la adopción de hijos. También está para considerarse en cualquier momento una nueva ley sobre el aborto. Todo esto nos insta a una reflexión profunda para fundamentar con solidez nuestras posturas ante estos temas candentes y de duraderas consecuencias para nuestra vida familiar y social. Es bastante ambicioso pretender encarar todos estos temas tan complejos en una breve reflexión, pero nos mueve el deseo de sentar algunas ideas orientadoras para encararlos con coherencia y profundidad. Con tal propósito los invitamos a este encuentro, en lugar y hora ya mencionados, para reflexionar sobre: “La realidad afectivo-sexual en los tiempos actuales”.
Haremos una exposición sobre estos temas y después recogeremos impresiones y opiniones que puedan suscitarse a partir de la exposición.
Pedimos encarecidamente puntualidad. El cronograma será el siguiente: 20.30 hs.: Exposición 21.30 hs.: corte para un café 21.45 hs.: impresiones, opiniones22.30 hs.: finalización Como les comentamos en los encuentros anteriores, no es necesario que traigan nada. El café/te, galletitas, los ofreceremos nosotros. En Recepción habrá una alcancía para quienes puedan y quieran hacer una colaboración. Esperándolos, los saludamos afectuosamente en Cristo Jesús, P. Carlos de Haedo p. Institución Dalmanutá Tel. 4222-5283 dalmavell@ciudad.com.ar

Lugar: Institución Dalmanutá 9 de Julio 212 – Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires (Argentina)

jueves, 2 de septiembre de 2010

Talleres de sanación: "Interior, de la historia familiar, de la familia, del perdón como camino de sanación y el combate espiritual"


Desde 2004, la Hna Inés, Franciscana Misionera de María, fundadora del Grupo Francisco y Clara, brinda una vez al año en Santa Catalina (Ciudad de Buenos Aires, Argentina) talleres de sanación: interior, de la historia familiar, de la familia, del perdón como camino de sanación y el combate espiritual.Durante este mes de septiembre, a partir del jueves 9 y durante los jueves restantes de 18.30 a 20, brindará el taller de sanación interior.Cada encuentro consiste en una hora de enseñanza de la Palabra de Dios referida a la sanación interior, y media hora de Adoración Eucarística, durante la cual la Hna Inés rezará la oración de sanación referida a cada tema.Los temas que se tratarán durante los cuatro encuentros son:- qué es la sanación interior (entendiendo que la misma comienza en el momento de la concepción);- qué es la herida, diferencia entre herida y pecado. Toma de conciencia;- el perdón como columna vertebral de la sanación;- obstáculos y frutos de la sanación interior.Se llama taller porque cada persona abre su corazón y realiza un trabajo interior, permitiendo así que Dios lo toque y comience un proceso de sanación. Este proceso la ayudará a remover los obstáculos que impiden el encuentro con Dios. También le permitirá tener una relectura de su historia a la luz de la mirada misericordiosa de Jesús.La sanación interior no es un fin; el fin es la conversión y el encuentro personal con Dios.Estos talleres ayudarán a aceptar la historia personal de cada uno, a encontrarse con el Dios vivo y verdadero. Ayudarán a seguir caminando y creciendo, confiando y poniendo en El toda la esperanza.Fuimos creados a Su imagen y Semejanza y cada uno de nosotros es único e irrepetible. Somos sus hijos bienamados. Permanentemente El nos está llamando pero necesita de nuestra cooperación. Animémonos y abramos la puerta a Cristo.


Los esperamos.


Iglesia Santa Catalina de Siena: San Martín 705 - C1004AAO -

Cap. Fed. - Tel.: 5238-6040


Rector: Pbro. Rafael Braun -

Directora: Patricia B. de Caporaso

martes, 24 de agosto de 2010

María, Madre de Dios y Madre Nuestra: "Con delantal y cocinando"


Fragmento del libro Mi cuarto día de Benjamín Furlán


Agosto tiene una fiesta muy grande de la Madre de la Iglesia: su asunción en cuerpo y alma al cielo.Estamos muy acostumbrados a ver a la Virgen en el cielo, con una grandeza y gloria inmensas, pero nos olvidamos un poco que ella primeramente estuvo en la tierra y que fabricó aquí la gloria que allá tiene.No voy a escribir lo que la Virgen es en el cielo, sino lo que fue en la tierra, en nuestra tierra, que es también su tierra. De aquí el título: con delantal y cocinando.¿Imaginamos que, porque era la Madre de Dios, la Inmaculada, la llena de gracia, ella vivió una vida fuera de lo normal? No. Vivió una vida totalmente normal, como cualquier mujer de su tiempo, esposa y madre de su tiempo.A veces, viendo ciertos cuadros, casi nos sentimos inclinados a pensar que los ángeles estaban todo el día al servicio de la Madre de Dios o que ella tenía en su casa unas cuantas emplea das domésticas.Nada de eso. San Bernardo escribe hermosamente: el único cadete que la Virgen tenia en su casa para los mandados era el muchachito Jesús.Para qué más, para qué menos.Ella vivía en su hogar cumpliendo con sus deberes de esposa y de madre:-Tenía que cocinar todos los días como las mujeres de su tiempo y como las mujeres de hoy: ¿cuándo tendremos en nuestras manos una estampa de la Virgen con delantal y cocinando?-La limpieza de la casa la hacía ella misma, como le correspondía:¿cuándo tendremos una estampa de la Madre de Dios con la escoba en la mano y barriendo?-La ropa de la casa la lavaba ella y no otra: ¿cuándo tendremos una estampa de María lavan do la ropa?-Como sus vecinas, debía ir a buscar el agua al pozo común con su cántaro a cuestas; el niño-Dios, cuando ya caminaba, iría junto a ella, agarrado quizás a sus polleras; qué cuadro tan natural, tan evangélico, tan normal, tan simpático, tan humano; jamás mujer alguna lució brillante de tanto valor, como ese niño-Dios prendido de los vestidos de la Virgen, yendo y viniendo al pozo común de agua.-Cuando tuvo que huir a Egipto para salvar la vida del niño, ella fue amontonando sueño y cansancio, como nos pasa a nosotros en un largo viaje; tal vez, como humana y pobre que era, tuvo que gustar el hambre, y ya sabemos que el sabor más desagradable es el sabor del hambre.Buena lección para nosotros, los cristianos marchitos de esta hora, que queremos lucir y aparecer y estar donde no debemos estar. "La Virgen María se fue santificando en la tierra; toda la santidad que tiene ahora en el cielo la acumuló aquí, haciendo lo que tenía que hacer.A Dios le interesa poco lo que hacemos, pero sí le interesa mucho cómo y por qué lo hacemos.Aunque nosotros no lleguemos a medir el alcance o proyección de nuestras palabras, de nuestros actos o de nuestra vida, no importa.Pemán tiene un pensamiento que confirma lo que digo:El encanto de las rosases que siendo tan hermosasno conocen que lo son. Tampoco hagamos mucho caso de los juicios humanos; sí de los juicios de Dios respecto de nuestras palabras, de nuestros actos y de nuestra vida, porque los juicios humanos son como el viento: aveces acarician, aveces castigan.Me gusta mucho ver a la Virgen evangélica que reza cuando tiene que rezar, pero que cocina cuando tiene que cocinar, y que, rezando y cocinando, va juntando energías espirituales que están tan apretadas en su corazón, como puñado de semilla, como la levaduradel evangelio.¿Por qué tenemos que sacarla, en su existencia terrena, del marco normal y humano en que ella vivió?Los maestros siembran alfabetos en nuestra tierra; la Virgen, haciendo lo que tenía que hacer, fue sembrando alfabeto de evangelio a su alrededor.Ella fue la Madre de la Palabra en el silencio.San Lucas (2, 51) dice: su Madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.Me la imagino toda amable, simpática, santísima, abierta a las necesidades ajenas, caritativa, humana, muy amiga del silencio, pues el silencio siempre es unidad; mujer que sabía administrar muy bien la palabra y el silencio. Ella hacía las tareas de la casa que, muchas veces, aburren y cansan, cada día con un amor nuevo y con una entrega siempre fresca, sin desmayos, sin lagunas, aunque todo esto no le quitaba el cansancio físico, propio de cualquier mortal.Ella sabía que haciendo lo que tenia que hacer no araba en el mar. Esto lo entiende cualquiera, como entendemos fácilmente que nadie se puede agarrar de las paredes, del techo o de las estrellas.El que trabaja lleva pegado a sus manos su propio trabajo. La Virgen llevaba pegado a sus manos de Madre de Dios su propio trabajo de la cocina, de la escoba, limpieza, arreglo de la casa...Estas líneas sirven para todos los cristianos indistintamente, hombres y mujeres, porque llevan un único mensaje: cumplir con nuestro deber, con nuestro trabajo, cualquiera que él sea, como lo hizo la Virgen. No nos santifica el puesto que ocupamos en la Iglesia o el trabajo que realizamos en el mundo; somos nosotros quienes santificamos el puesto y el trabajo, cumpliendo con nuestro deber.Pero quisiera dedicar estas líneas, de modo especial, a las madres que se pasan todo el día en casa, en medio de ollas y cacerolas; también entre las ollas y el puchero está Dios, dice santa Teresa; con la escoba, con la ropa, arreglo de la casa, los hijos...; queridas madres, la Virgen no hizo otra cosa.Dios hizo en ella grandes cosas, pero también ella trató de hacer grandes las cosas pequeñas de cada día y de la casa.La Virgen es muy grande como Madre de Dios, pero no es menos grande con la escoba en la mano.Se nos presenta muy simpática y hermosa con el niño-Dios en brazos, pero no es menos simpática y hermosa con el cántaro de agua.El 15 de agosto la vemos llena de gloria en el cielo, pero esa gloria la adquirió aquí en la tierra con delantal y cocinando...

viernes, 30 de julio de 2010

Entrevista: "Anselm Grün y los desafíos de la Iglesia"


Un moderno hombre de Dios?


Una conversación con el monje benedictino y escritor Anselm Grün sobre las disensiones en la Iglesia Católica, el diálogo con el Islam y una globalización humana


Resumen de la entrevista de Christian Lidner


Alejado del ruido de las grandes ciudades, en medio de campos de cultivo y pueblos tranquilos, se alza majestuoso el monasterio de Münsterschwarzach. El que este sitio sea hoy un centro de peregrinación espiritual en la región histórica de Franconia se debe sobre todo a una persona: el padre Anselm Grün, el humilde religioso que con su característica barba se ha convertido en una especie de estrella del pop para la Iglesia Católica en Alemania. Sus obras como Para encontrar el equilibrio interior y Paz del corazón son best sellers, y se han traducido a 28 lenguas. De esta forma, el monje benedictino se cuenta entre los más importantes autores espirituales del mundo contemporáneo.
El padre Grün me recibe una fresca mañana de sábado en la puerta del monasterio y me conduce –a petición mía- a la cafetería del convento, el lugar adecuado para un brunch. Rodeado de damas en busca de tranquilidad espiritual, pronto nos parece más adecuado retirarnos: con una taza de café nos refugiamos en una tranquila habitación vecina, donde Anselm Grün comienza a relatar su vida.
Nada más acabar las pruebas de acceso a los estudios universitarios, este sesentón se decidió por una vida de ascesis monástica y entró en la comunidad de los Benedictinos de Münsterschwarzach. No sin escepticismo: “Por supuesto, al principio hubo dudas sobre si esta rígida vida en la Orden no sería demasiado estrecha para mí. ¿Y es el celibato realmente posible, o tendré que reprimir mi sexualidad?” Aunque hoy considere su elección de una vida espiritual como “el camino acertado para mí”, aún tiene momentos de remordimiento: “siento a veces como un dolor al no haberme casado ni tenido hijos”.
Grün habla tranquilo y despacio, sorbiendo de vez en cuando su capuchino, mientras relata los años de estudio en Roma. Sus estudios de Teología coincidieron con la época de los cambios sociales de finales de los años sesenta, cuando los movimientos estudiantiles protestaban en muchos Estados europeos por un mundo mejor: “También entre nosotros se notó entonces un cambio. Nos rebelamos contra las costumbres anticuadas y los rituales polvorientos”. Para lograr una Iglesia que predicase más cerca del sentir de los tiempos y que pusiese el acento en el hombre.


Mística cristiana y psicología moderna


Esta cercanía a la gente es la que impregna las obras de Anselm Grün y explica su éxito. Une la mística cristiana con la psicología moderna y la filosofía oriental. “Tengo un lenguaje simple que no prejuzga”, cita como un factor importante de su celebridad. Un lenguaje que también encuentra críticas: sobre todo en el sector conservador de la Iglesia, algunos temen que se diluyan los principios católicos mediante la apertura espiritual y las posiciones liberales de la filosofía de Anselm Grün. “Tengo un lenguaje diferente del de muchos conservadores y por eso me atacan desde algunos círculos”, señala un poco turbado.
¿Es Anselm Grün un renovador, un precursor de una pequeña revolución eclesiástica? El padre Anselm lo niega: “Me veo en general en concordancia con la tradición católica”. Sobre el papa Benedicto XVI, al que aún no ha conocido personalmente, dice palabras conciliadoras: “Bajo el nuevo Papa ha tenido lugar una apertura. No creo que tenga nada contra mi teología”.
Hablamos sobre la creciente atracción que tiene la Iglesia Católica actual sobre muchos jóvenes europeos. “En este tiempo cambiante, los jóvenes buscan reposo y claridad. La juventud de hoy a menudo no está relacionada con la Iglesia y siente curiosidad. De ahí que la gran baza de la Iglesia consista en que es auténtica y ofrece orientación al mismo tiempo que una sana espiritualidad”, explica.


Búsqueda del corazón amplio


La búsqueda de una espiritualidad sana es un aspecto central de su trabajo teológico. Ve con preocupación las actuales tendencias al fanatismo religioso. “Hay formas de religiosidad que crean enfermos y fanáticos, no solo en el Cristianismo, sino también en otras religiones”. La llave para una forma curativa, no fanática de la Fe la ha encontrado el Padre Anselm en el fundador de la Orden de los Benedictinos. “Para Benito de Nursia es un rasgo de espiritualidad sana el corazón amplio”. Tras esta formulación se oculta una búsqueda de la apertura, la tolerancia y la empatía.
A mi pregunta sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y el Islam, Anselm Grün vacila: “Por una parte es importante mantener un diálogo adecuado con el Islam, que esté impregnado del respeto a las tradiciones del otro. Pero aún así debemos ser críticos con la intolerancia que vemos en algunos países en los que está arraigado el Islam. Lo que necesitamos es un diálogo crítico”. Al mismo tiempo, el benedictino nos aconseja no proyectar solo imágenes negativas del Islam. En lugar de eso, “deberíamos preguntarnos qué podemos aprender”, dice refiriéndose a la abierta tradición sufí.
Tampoco su Iglesia está libre de corrientes intolerantes, admite el Padre Anselm tras ser preguntado. Hablamos sobre la posición de la Iglesia Católica respecto a la homosexualidad. “Aquí hay sombras aún, por supuesto”, subraya el teólogo reflexivo. Esto es especialmente problemático cuando la fe católica sirve para justificar políticas de discriminación respecto a los homosexuales, como sucede en algunos países de Europa del Este. “Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado”, dice Anselm Grün.
Durante la conversación, el Padre vuelve a menudo a su principio del “corazón amplio”. Plantea con esta metáfora la filosofía de una globalización humana: “Cuando la globalización solo beneficia los derechos de los más fuertes, se convierte en maldición”. Apela a la responsabilidad de la economía mundial, y propone “crear valores apreciando valores”. En seminarios regulares de Dirección de Empresas, Anselm Grün enseña a dirigirlas “con corazón amplio”, que tiene como principios la tolerancia hacia el personal y la empatía con él. “El objetivo no es juzgar, sino comprender”, reza uno de los mandamientos del benedictino.

miércoles, 28 de julio de 2010

jueves, 8 de julio de 2010

Retiro de sanidad


miércoles, 7 de julio de 2010

Vida Espiritual: La Paz Interior







La mayoría de las personas no tienen paz ni estabilidad interior. Viven tan dispersos en las cosas del mundo que confunden lo que tiene con lo que son. Yo puedo tener dinero, pero no soy dinero... Puedo tener ambiciones y deseos, pero no soy esas ambiciones y deseos. Cuando una persona confunde lo que es con lo que desea es cuando se empieza a perder la paz interior...Para la vida espiritual es fundamental mantener una actitud de sosiego, de serenidad y de quietud, en medio del mundo en el que vivimos. Lograr esto es difícil, pero es imprescindible si queremos dejar que el Espíritu de Dios haga su obra en nosotros.El stress de la vida diaria nos lleva a ser personas dispersas, nerviosas, a vivir fuera de nosotros mismos, personas superficiales que siempre vamos buscando nuevas sensaciones.Ni que decir tiene que esto para la vida espiritual es lo más negativo que podemos tener.Hay que ir a lo hondo de nosotros mismos. Cuando profundizo en mí mismo es mi verdadero yo quien entra en contacto con el Dios verdadero. Si me muevo sólo en aspectos superficiales de mi personalidad no lograré nunca estar en contacto con el Señor. Estaré quizá en contacto con mi inmadurez y frustraciones, con mis ansias de querer ser alguien que no podré llegar a ser...Cuando yo entro en mí mismo, me encuentro con los demás desde la verdad de lo que realmente soy, y puedo descubrir al otro como ser humano.Para llegar a esa paz interior, a ese encuentro consigo mismo, es necesario varios elementos:1. Evitar los ruidos, los escándalos y las tensiones. Buscar un lugar donde podamos encontrar la paz que reconforte nuestro espíritu.2. Llevarnos bien con nuestro cuerpo. No someterlos a excesos de ningún tipo, cuidarlo; hacer algo de ejercicio diario. Hay que ir quitando tensiones musculares y tener suficiente descanso.3. Buscar el sosiego psicológico. Miedos, ansiedades, conflictos internos, influencias negativas de otras personas en nuestra psicología... todo ello debe de ser superado en un proceso de transformación interior.4. Llegar a la serenidad del corazón. "Lo que sale del hombre, eso sí le hace impuro. Porque de dentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envida, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de dentro y hacen impuro al hombre. " (Mc 7, 20-23) El silencio profundo es la ausencia del egoísmo.Es este silencio del corazón el que nos capacita para ver a Dios: "Felices los limpios de corazón porque ellos verán a Dios". (Mt 5,8) y nos capacita también para ver al hermano desde la verdad, para acogerlo tal y como es, sin proyectar sobre él nuestras ilusiones o nuestras frustraciones, o nuestras tentaciones de dominio. Este sosiego del corazón nos capacita para amar; un amor adulto y verdadero.El Espíritu de Dios va haciéndonos, pero nosotros también tenemos que poner de nuestra parte.Es necesario una disciplina personal, comunitaria y ambiental.Jesús sabía equilibrar soledad y servicio. Cada uno de nosotros también tenemos que tener esas dos dimensiones en nuestro caminar diario. Tenemos una cierta necesidad de soledad. Cada uno debe encontrarse a solas con Dios (en el desierto, decían los antiguos).Cuando hemos llegado a la paz interior hemos logrado poner en dirección de Dios todas las fuerzas, todas las capacidades, todo el corazón. Llegaremos a amar sin medida a quien nos ama desmesuradamente.Tener paz interior es tener a Dios como la única tierra en que hemos sido plantados, en la que crecemos y en la que damos frutos.La paz interior no es inactividad. Tampoco es la ausencia de sufrimientos: no hay verdadera paz interior sin cruz. Se puede sufrir mucho y crecer en paz interior.Tener paz interior es descubrir a Dios como Dios y a los seres humanos como hermanos.






(Fuente: buzoncatolico.es)

jueves, 17 de junio de 2010

jueves, 3 de junio de 2010

PSICOLOGÍA CRISTIANA: CUERPO Y ALMA DESDE UNA PERSPECTIVA CATÓLICA


Una relación armoniosa es posible

ROMA, domingo, 21 de junio de 2009.
De primeras, la psicología y la fe pueden parecer socios inverosímiles, pero son compatibles, según una reciente publicación de una revista profesional de psicología.
De hecho, la psicología necesita un concepto de persona humana que pueda describir adecuadamente qué es lo que son nuestro cuerpo y alma y cómo se relacionan. También ayuda el reconocer que los seres humanos tienen deseos tanto naturales como trascendentes.
Esta es la afirmación de inicio de la recientemente publicada "edición católica" de la revista: "Edification: A Journal of the Society of Christian Psychology" (V. 3.1).
Esta edición se ha confiado al Instituto para las Ciencias Psicológicas (IPS), una facultad de psicología en Arlington, Virginia.
El antiguo miembro del profesorado, Christian Brugger, ahora profesor en el Seminario Teológico San Juan María Vianney, participa como redactor invitado y escribe el ensayo introductorio sobre el que se basan muchas de las aportaciones que siguen a continuación.
En su artículo, Brugger precisaba que, dado que el fin de la psicología clínica es ayudar al ser humano a prosperar en términos de salud mental personal, resulta útil comprender la naturaleza de la persona humana basándola en una sana antropología.
Como seres humanos, explicaba, podemos levantarnos sobre las percepciones y emociones del cuerpo porque somos más que seres corpóreos y nuestra facultad de razonar no es un órgano material.
Esto significa que la psicología cristiana garantiza la libertad humana para la autodirección racional y la libre elección en cuanto facultad inmaterial no determinada por leyes físicas causales, concluía Brugger.
El peligro, con la extendida negación de las ciencias sociales laicas de la naturaleza inmaterial de nuestra razón, es que no sólo abre la puerta a las afirmaciones del determinismo radical, sino que también niega la dimensión espiritual de la persona humana, afirmaba Brugger.

Posturas en contraste

Paul C. Vitz, del IPS, destacaba algunas de las diferencias entre la postura cristiana ante la psicología y la visión laica en su ensayo titulado: "Replantear la Teoría de la Personalidad desde una Perspectiva Cristiano Católica".
Vitz observaba que una interpretación cristiana de la personalidad comienza asumiendo que Dios existe y que es una persona con la que se está en relación. Si un psicólogo acepta la existencia de Dios y la validez de la dimensión religiosa de la vida, esto tiene la ventaja psicológica de permitirle tratar a un cliente religioso de forma más honesta y con un mayor respeto.
Mucho de la moderna teoría laica de la personalidad, sin embargo, es reduccionista y asume que la experiencia religiosa y los ideales morales son causado por fenómenos subyacentes más bajos, explicaba Vitz. De esta forma, en la postura freudiana, el amor se reduce al deseo sexual; el deseo sexual a fisiología; y la vida espiritual o los ideales artísticos se reducen a impulsos sexuales sublimados.
En contraste, según Vitz, la postura cristiana es construccionista. Esto significa que acentúa los aspectos más altos de la personalidad como conteniendo, y en ocasiones causando o transformando, los aspectos más bajos.
Es, por tanto, un método sintético, que aúna las cosas en un patrón integrado, mientras que el pensamiento reduccionista es analítico. Vitz admitía que un buen análisis es un requisito importante. Sin embargo, mucha de la psicología moderna se ha limitado sólo a este análisis reductivo, sin un concepto integrado de la persona humana.
Vitz también destacaba el contraste respecto a la teoría de la personalidad. Gran parte de la postura laica considera la personalidad como un autónomo aislado. El cristianismo, por el contrario, no asume que la meta de la vida sea la independencia y, en su lugar, da un papel central a las relaciones.
"El cristianismo postula la interdependencia, y el mutuo aunque libremente elegido cuidado por el otro, como el tipo primario de relación adulta", comentaba Vitz.

Redescubrir la virtud

Reclamar una visión de la persona humana basada en la virtud es el tema del ensayo "Un Psicología Cristiano Católica Positiva: un Acercamiento a la Virtud", de los miembros del IPS Craig Steven Titus y Frank Moncher.
De hecho, los filósofos clásicos, como Aristóteles, basaron su visión psicosocial desde el punto de vista de la teoría de la virtud, afirmaban.
Dicha postura estudia la correlación potencial entre el bienestar psicológico y la bondad ética que se despliega en las principales virtudes. Esto contrasta con algunas posturas laicas de la psicología que consideran la salud mental como una simple ausencia de desorden.
Titus y Moncher comentaban que es necesario un nivel básico de cada una de las principales virtudes para ser considerado psicológicamente sano o tener un buen carácter. Por eso, "la psicología cristiana debe buscar no sólo la reducción de los síntomas sino también el crecimiento en las virtudes adquiridas".
En un ensayo a parte, Moncher consideraba las implicaciones de las premisas antropológicas específicamente católico cristianas para la psicología en una aportación titulada: "Implicaciones de la Antropología Católica para la Evaluación Psicológica".
Es importante, afirmaba, que un psicólogo tenga en mente una antropología teológica y filosófica plena al evaluar al cliente, y también que, interiormente, tenga la curiosidad de comprender la visión del mundo y el sistema de valores del cliente.
Con demasiada frecuencia, sin embargo, el conocimiento referente a las realidades trascendentes, normas morales, belleza estética, y al desarrollo de la virtud es típicamente excluido por los métodos clínicos tradicionales.
Moncher también comentaba que la apertura a la antropología cristiana resulta especialmente importante cuando se trata de tareas como evaluar a candidatos a entrar en el sacerdocio o en la vida religiosa, o en la labor de los tribunales católicos que deben examinar la validez de los matrimonios y la capacidad de las personas de dar su pleno y libre consentimiento en sus votos matrimoniales.
Vocación

Los miembros del IPS Bill Nordling y Phil Scrofani se ponían al otro lado de la mesa y consideraban qué significa para un médico la postura católica en su ensayo, "Implicaciones de una Antropología Católica para el Desarrollo de un Acercamiento Católico a la Psicoterapia".
Explicaban por qué el concepto de vocación es útil cuando se aplica a una carrera profesional como la de terapeuta.
"Para un cristiano, convertirse en terapeuta puede ser la respuesta a una llamada única de Dios a proporcionar servicio médico mental a clientes que sufren", escribían.
Bajo este prisma, la tarea del terapeuta no sólo implica una relación terapéutica con el cliente, sino que es una relación que va más allá del negocio. "El ver la profesión que han elegido como una vocación personal le motiva no sólo a observar de modo concienzudo su ética profesional, sino también a practicarla de acuerdo con los principios éticos católicos", añadía Nordling y Scrofani.
Esta concepción del terapeuta basada en la vocación también le servirá para motivarse cuando el trabajo con un cliente sea difícil, o cuando se requieran sacrificios de tiempo o dinero.
El concepto de vocación no sólo orientará al terapeuta en la comprensión del cliente y de su tratamiento, sino que le guiará también en la comprensión de que el cliente está encajado en una familia, en una cultura y, en ocasiones, en una tradición religiosa.
"Este acercamiento a la psicoterapia demuestra un profundo respeto por la diversidad comenzando por el principio fundamental de que el cliente es una persona única e irrepetible hecha a imagen de Dios", comentaba Nordling y Scrofani.
"Además, en última instancia, es un imperativo moral permitir al cliente que haga elecciones libremente que le autodefinan de acuerdo a su conciencia".
Al concluir su aportación, los autores especifican que un acercamiento a la psicoterapia así conformado antropológicamente no debe concebirse como opuesto a la ciencia de la psicología.
Por tanto, los métodos terapéuticos serán elegidos de acuerdo a su probada eficacia.
También concedían que el foco primario de un terapeuta debe seguir siendo el funcionamiento psicológico del cliente, dejando los temas espirituales más específicos al clero y a los directores espirituales.
En general, la revista presenta ideas provocadoras sobre cómo una antropología basada en el cristianismo puede proporcionar valiosas aportaciones sobre la condición humana.


(Fuente: zenit.org)

miércoles, 19 de mayo de 2010

El significado de Pentecostes


Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio. Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él. La Fiesta de Pentecostés es como el "aniversario" de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones. Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.


viernes, 7 de mayo de 2010

Oración por la Patria


El próximo 8 de mayo a las 15, el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina, invita a todos los argentinos a realizar un gesto nacional para celebrar el Bicentenario.
El mismo consiste en encender una vela y en rezar una oración por la Patria. Habrá un Acto Central frente a la Basílica de Luján como así también en distintos puntos de la Argentina.


Oración por la Patria

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Nos sentimos heridos y agobiados.

Precisamos tu alivio y fortaleza.

Queremos ser una nación, una nación cuya identidadsea la pasión por la verdady el compromiso por el bien común.

Damos la valentía de la libertadde los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie,privilegiando a los pobresy perdonando a los que nos ofenden,aborreciendo el odio y construyendo la paz.

Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.

Tu nos convocas.

Aquí estamos, Señor,cercanos a María, que desde Luján nos dice:¡Argentina! ¡Canta y camina!Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.


Amén.

lunes, 26 de abril de 2010

Lo que Dios haría...







¿Quien podría decir lo que Dios haría de nosotros si nos atreviéramos, sobre su Palabra a seguirlo hasta el final de sus inspiraciones y abandonarnos a su Providencia?






Theilard de Chardin

lunes, 19 de abril de 2010

Nota: "Entrevista a Jim Caviezel, protagonista de La Pasión de Cristo de Mel Gibsson"


Publicada por el periódico Our Sunday Visitor Noviembre 2003

¿Qué es lo que más te gustó de interpretar a tu Maestro y Señor?
Por un lado me sentí honrado; pero por otro le preguntaba "¿Señor por qué escogiste a un pecador como yo?" Desde que fui escogido, he tratado de enfocarme en estar siempre agradecido por haber sido elegido para hacerlo. Lo que no creo que la gente pueda entender, es que nunca hubo un momento en que el papel fuera cómodo, y que terminar de realizarlo haya sido agradable. Hacerlo fue torturante.


¿Qué sentiste al pensar que tenías que entrar dentro de la mente de Cristo, tal como San Pablo dice?
Mi oración fue ésta: La única razón por la que hago esto es la conversión del mundo. No espero que la gente me vea, sólo deben ver a Jesús; eso es lo que pido. Y recé el Rosario incesantemente para que Nuestra Señora me guíe hasta su Hijo.Nadie, y lo digo en serio, nadie ha visto una Pasión como ésta.
Ésta es la Pasión más auténtica que hay. Y serán al menos dos mil millones de personas los que verán esta película. Ninguno de nosotros lo hizo por dinero; esto fue hecho por amor. Yo no me he llevado nada por esto. Mel no se ha llevado nada por esto. Cada uno donó todo su tiempo, y lo hizo por amor.


¿Tuviste dudas al hacer la película?
No. Es una película que tenía que hacer, incluso si fuera mi última película. Cuando Mel Gibson se reunió conmigo para hablarme del film, yo dije "¿quieres que yo represente a Jesús no es verdad?" Y él dijo: "Sí".
Al siguiente día, él me llamó e intentó dejarme fuera de esto. Y yo le pregunté: "Mel, ¿porqué estás tratando de sacarme de esto?" Él me dijo: "Porque esto podría ser el fin de tu carrera. Éste podría ser el fin de todas nuestras carreras. Necesitas entender lo que quiero hacer con esto". Y le dije: "Mira, la cosa es así: cada uno de nosotros está llamado a cargar su cruz. Si no cargas tu cruz, vas a ser aplastado por su peso. Mi respuesta final es sí". Y así sucedió.


¿Realmente no fue cómodo representar a Jesús?
Si no hubiésemos montado todo en la montaña, y lo hubiésemos hecho en un estudio, yo no hubiera sufrido como sufrí. Si no hubiera sufrido, nunca verías una actuación así en la cruz. Tuve que experimentar la sensación de estar muriendo en la cruz.


¿De verdad sentiste como si estuvieras muriendo?
Absolutamente. Sobre la cruz estaba congelándome.
No podía controlar mis manos, temblaba incontrolablemente.
Cuando me tenían en la cruz, el dolor de mis hombros estaba simplemente matándome.Tenía el hombro dislocado mientras cargué la cruz. Fui golpeado dos veces por los latigazos, varias veces recibí golpes mientras cargaba la cruz, y no puede dejarla porque era muy pesada. No había tiempo para descansar.

En el último día de filmación, hicimos el Sermón de la Montaña y fui golpeado por un rayo. La gente estaba gritando, y mi pelo estaba quemándose. Las personas que vieron esto dijeron que no vieron el rayo sino que me vieron iluminado.
Todo el proceso de hacer la película parece una verdadera experiencia religiosa...
Antes de comenzar la grabación, yo le dije a Mel: "Tenemos que asistir a Misa todos los días.
Antes de subirme a esa cruz, antes de filmar la película, necesito recibir la Eucaristía". Tuve confesiones diarias. Alguien me dijo que a veces los pecados más serios son los pecados de omisión. No amo lo suficiente, y esa frase es mía. Rezamos el Rosario. Tenía todas las reliquias que pedía y las guardaba conmigo: San Francisco de Asís, Santa María Goretti, San Antonio de Padua, San Pío de Pietrelcina e incluso Anne Catherine Emmerich, además de dos piezas de la Cruz de Cristo.


(Fuente: aciprensa.com)

jueves, 4 de marzo de 2010

Cuaresma: "Dos oraciones de conversión"


"Derriba en nosotros las altas murallas levantadas por el egoísmo, el orgullo y la vanidad. Aleja de nuestras puertas las envidias que obstruyen y destruyen la unidad. Líbranos de las inhibiciones. Calma los impulsos agresivos. Purifica las fuentes originales. Y que lleguémos a sentir como Tú sentias y amar como Tú amabas. Tú seras nuestro modelo y nuestro guía, oh Señor Jesús.
Danos la gracia del amor fraterno: que una corriente sensible, calida y profunda corra en nuestras relaciones; que nos comprendamos y nos perdonemos; nos estimulemos y nos celebremos como hijos de una misma madre; que no háya en nuestro camino obstáculos, reticencias ni bloqueos, antes bien, seamos abiertos y leales, sinceros y afectuosos y así crezca la confianza como un árbol frondoso que cubra con su sombra, a todos los hermanos de la casa, Señor Jesucristo."
Amén
(Ignacio Larrañaga)


"Padre Nuestro, que estas en el cielo, durante esta época de arrepentimiento, ten misericordia de nosotros.
Con nuestra oración, nuestro ayuno, y nuestras buenas obras, transforma nuestro egoísmo en generosidad.
Abre nuestros corazónes a tu Palabra, sana nuestras heridas del pecado, ayúdanos a hacer el bien en este mundo.
Que transformemos la oscuridad y el dolor en vida y alegria.
Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo."
Amén
(Fuente: sanmiguel.org.ar)

jueves, 14 de enero de 2010

Terremoto en Haití: Llamamiento de Benedicto XVI

Terremoto en Haití: Llamamiento de Benedicto XVI y datos para ayudar desde UNICEF Argentina

Sumemos nuestra oración y copiemos a nuestros contactos




Una verdadera catástrofe humanitaria, que ha dejado el centro de la capital destruido y en alerta máxima a la vecina Cuba (Enlace para ver nota).

Es difícil comprender tamaño dolor de la gente, desde aquí solo podemos humildemente expresar nuestro apoyo y pedir y elevar oraciones junto al Santo Padre Benedicto XVI que al final de la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI hizo un llamamiento"por la dramática situación en que se encuentra Haití".

"Pienso, en particular – decìa - , en la población duramente afectada por un devastador terremoto, hace unas pocas horas, que ha causado graves pérdidas en vidas humanas, un gran número de personas sin hogar y de desaparecidos y serios daños materiales.

"Invito a todos a unirse a mi oración al Señor por las víctimas de esta catástrofe y por aquellos que lloran su muerte. Aseguro mi cercanía espiritual a quien ha perdido la propia casa y a todas las personas afectadas, en distintos modos, por esta grave calamidad, implorando de Dios consuelo y alivio en su sufrimiento.

"Hago un llamamiento a la generosidad de todos, para que no falte a estos hermanos y hermanas que viven un momento de necesidad y de dolor, nuestra solidaridad concreta y el apoyo de la comunidad internacional. La Iglesia católica no dejará de activarse inmediatamente a través de sus instituciones caritativas para responder a las necesidades más urgentes de la población".
¿Cómo ayudar desde Argentina?

UNICEF ha dispuesto una línea telefónica para recibir donaciones de dinero para aquellas personas e instituciones interesadas en colaborar con las víctimas del terremoto en Haití: 0-810-333-4455

Para mayor información contactar a:
Matías Bohoslavsky, Comunicación - UNICEF ArgentinaTel.: 5093-7149 / Cel: (15) 4193-8261 / mbohoslavsky@unicef.org

María José Ravalli, Comunicación - UNICEF ArgentinaTel: 5093-7144 / mjravalli@unicef.org

martes, 12 de enero de 2010

Conocerse a sí mismo


"Conocerse a sí mismo"
de Abelardo Pithod

Esta es la conclusión de un pequeño libro, Breviario de psicología para todos, que aparecerá a mediados de año.

Conócete a ti mismo era el lema que los griegos tenían grabado en el frontispicio del templo de Delfos. Se entendía que era para conocerse como seres humanos, es decir, saber que no eran solo animales pero tampoco dioses. Que eran humanos, sometidos a la desdicha y a la muerte, la muerte del que sabe que va a morir, y que lo sabe toda la vida. La vida nos ha herido con la muerte, escribió el poeta mendocino Narciso Pereyra. Pero el conócete a ti mismo al que yo aludo, más que a esto, que es un conocimiento metafísico, es el conocerse uno tras sus máscaras, esas que nos recubren como a la cebolla sus capas. ¿Puede que el hombre esté llamado a desenmascararse para no llegar nunca a otra cosa que no sea una nueva máscara? ¿Será ésta una inútil búsqueda, una pesquisa vana de un “yo mismo” esencial pero inhallable?
C.S.Lewis escribió una novela titulada Mientras no tengamos rostro, donde plantea, aunque de otra forma, este problema. Las máscaras a las que aludo son las de los múltiples papeles que representamos, aún cuando estamos solos. ¿Qué cosa puede ayudarnos en la búsqueda de nosotros mismos, de nuestra identidad profunda, oculta por las máscaras? Es muy común hoy hablar de “mi verdad” o de “tu verdad”, lo que nos choca a los adultos, pero que apunta a algo que no es totalmente falso. En efecto, somos algo que no es nadie más que nosotros, aunque nosotros no sepamos bien en qué consiste, pero que, aún sin saberlo, buscamos.
Para la metafisica cristiana la realidad o fondo último de una creatura es su Creador. Él está más a lo hondo de uno que uno mismo; en Él nos conoceremos algún día en plenitud, tendremos el ansiado encuentro con nuestra identidad y sabremos quién verdaderamente somos. Será cuando suceda el Juicio de Jesús, dándonos la bienvenida, o Juicio particular. “El encuentro con Él es el acto decisivo del Juicio. Ante su mirada toda falsedad se deshace”, dice el Papa en la Encíclica Spe Salvi, 47.
Hasta llegar a ese punto veremos, por gracia de Dios, cómo van cayendo nuestras máscaras. En la ancianidad veremos desprenderse las últimas, pero seguramente no todas.
Esta cuestión plantea un desafío que Nietzche, y en su línea Heidegger y otros filósofos contemporáneos, pusieron de relieve con la expresión existencia auténtica. Hablaron de ser lo que somos. Está bien. Pero ser lo que somos es la mitad de la autenticidad. Hay otra mitad y es ser mejor de lo que somos. La autenticidad del “ser uno mismo” no la agota, porque uno, ciertamente, es lo que actualmente es, pero además debe ser aquello para lo que ha sido llamado.

(Fuente: medicoscatolicos.org.ar)