El Evangelio
Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."
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viernes, 24 de octubre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
Discurso del Papa Francisco al concluir Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la Familia
Al concluir el Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la Familia, el Papa Francisco dirigió un discurso a los participantes, agradeciéndoles y alentándoles a continuar madurando "con verdadero discernimiento espiritual" las ideas propuestas en este evento, con miras al Sínodo Ordinario sobre la Familia, que se realizará en 2015.
Queridos: Eminencias, Beatitudes, Excelencias, hermanos y hermanas:
¡Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud quiero agradecer junto a ustedes al Señor que nos ha acompañado y nos ha guiado en los días pasados, con la luz del Espíritu Santo!
Agradezco de corazón a S. E. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, S. E. Mons. Fabio Fabene, Sub-secretario, y con ellos agradezco al Relator S. E. Card. Peter Erd? y el Secretario Especial S. E. Mons. Bruno Forte, a los tres Presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesiay sin descanso: ¡gracias de corazón!
Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos Padres Sinodales, Delegados fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores por su participación activa y fructífera. Los llevare en mis oraciones, pidiendo al Señor los ¡recompense con la abundancia de sus dones de su gracia!
Puedo decir serenamente que –con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad– hemos vivido verdaderamente una experiencia de "sínodo", un recorrido solidario, un "camino juntos".
Y siendo “un camino" –como todo camino– hubo momentos de carrera veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor. Momentos de profundo consuelo, escuchando el testimonio de pastores verdaderos (Cf. Jn. 10 y Cann. 375, 386, 387) que llevan en el corazón sabiamente, las alegrías y las lágrimas de sus fieles.
Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, como algunas de las siguientes:
- La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados "tradicionalistas" y también de los intelectualistas.
- La tentación del “buenismo” destructivo, que en nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa ni las raíces. Es la tentación de los "buenistas", de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
- La tentación de transformar la piedra en pan para terminar el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra , y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) de transformarla en “fardos insoportables” (Lc 10,27).
- La tentación de descender de la cruz para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios.
- La tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!
Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande que su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado –y además llamado Belcebú (Cf. Mt 12,24)– sus discípulos no deben esperarse un trato mejor.
Personalmente me hubiera preocupado mucho y entristecido sino se hubieran dado estas tensiones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio (EE, 6) si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz. En cambio he visto y escuchado –con alegría y reconocimiento– discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresía. Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la “suprema lex”: la “salus animarum” (Cf. Can. 1752). Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann. 1055, 1056 y Gaudium et Spes, 48).
Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de remangarse las manos para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y su doctrina.
Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge no verlo, al contrario, se siente comprometida y obligada a levantarlo y a animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo con su Esposo, en la Jerusalén celeste.
¡Esta es la Iglesia, nuestra Madre! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel sentido sobre natural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.
Tantos comentaristas han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte está contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia.
El Espíritu Santo que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los ministros infieles y pecadores.
Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos.
Por lo tanto, la tarea del Papa es aquella de garantizar la unidad de la Iglesia; es aquella de recordar a los fieles su deber de seguir fielmente el Evangelio de Cristo; es aquella de recordar a los pastores que su primer deber es nutrir la grey que el Señor les ha confiado y de salir a buscar –con paternidad y misericordia y sin falsos miedos– la oveja perdida.
Su tarea es la de recordar a todos que la autoridad en la Iglesia es servicio (Cf. Mc 9,33-35) como ha explicado con claridad el Papa Benedicto XVI con palabras que cito textualmente: “la Iglesia esta llamada y se empeña en ejercitar este tipo de autoridad que es servicio, y la ejercita no a título propio, sino en el nombre de Jesucristo… a través de los Pastores de la Iglesia, de hecho, Cristo apacienta a su grey: es Él que la guía, la protege, la corrige porque la ama profundamente. Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio Apostólico, hoy los Obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro … participaran en este misión suya de cuidar al pueblo de Dios, de ser educadores de la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana, o como dice el Concilio,“cuidando sobre todo que cada uno de los fieles sean guiados en el Espíritu santo a vivir según el Evangelio su propia vocación, a practicar una caridad sincera y operosa y a ejercitar aquella libertad con la que Cristo nos ha librado” (Presbyterorum Ordinis, 6)… Y a través de nosotros – continúa el Papa Benedicto – es que el Señor llega a las almas, las instruyen las custodia, las guía. San Agustín en su Comentario al Evangelio de San Juan dice: “Sea por lo tanto un empeño de amor apacentar la grey del Señor” (123,5); esta es la suprema norma de conducta de los ministros de Dios, un amor incondicional, como aquel del Buen Pastor, lleno de alegría, abierto a todos, atento a los cercanos y premuroso con los lejanos (Cf. S. Agustín, Discurso 340, 1; Discurso 46,15), delicado con los más débiles, los pequeños, los simples, los pecadores, para manifestar la infinita misericordia de Dios con las confortantes de la esperanza(Cf. Id., Carta 95,1)” (Benedicto XVI Audiencia General, miércoles, 26 de mayo de 2010).
Por lo tanto la Iglesia es de Cristo –es su esposa– y todos los Obispos en comunión con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor – “Il servus servorum Dei”; el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, siendo también – por voluntad de Cristo mismo – “el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334).
Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Synodi” que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores.
¡El Señor nos acompañe y nos guie en este recorrido para gloria de Su nombre con la intercesión de la Virgen María y de San José! ¡Y por favor no se olviden de rezar por mí!
jueves, 31 de julio de 2014
Jornada AIEMPR-UCA: "Y la carne se hizo Verbo"
Se van a realizar a fines de agosto los días 29 y 30 dos jornadas en la UCA (Alicia Moreau de Justo 1500 C.A.B.A.). Las estamos organizando desde la AIEMPR (Asociación internacional de estudios psicológicos médicos y religiosos) Están dirigido a todos los que estudian y trabajan en teología, filosofía, ciencias sociales y de la salud.
Las ponencias van a ser de diferentes disciplinas, disertaran, médicos, psicólogos, psicoanalistas, antropólogos, filósofos, teólogos católicos y no católicos. Entre otras temáticas se va a exponer la cuestión inter religiosa.
Creo que les puede resultar muy interesante asistir o bien estar vinculados con asociación.
Inscripciones:
cursos_psi@uca.edu.ar
(5411) 4349-0822
Información académica:
aiemprargentina@gmail.com
martes, 22 de julio de 2014
La meditación influye sobre el sistema nervioso"-nota sobre libro de Facundo Manes "Usar el cerebro"
Facundo Manes Director Del Instituto De Neurología Cognitiva (INECO) Y Del Instituto De Neurociencias De La Fundación Favaloro
Www.facundomanes.com
Los seres humanos conocen cada vez más de la naturaleza y de la cultura en virtud del afán por saber e investigar sobre todos los temas a través de múltiples recursos. Y esa construcción del conocimiento se logra de modo más eficiente cuando aun los enigmas más desafiantes se abordan con métodos creativos, probados (o, al menos, probables) e interdisciplinarios .
Es por eso que uno de los aspectos más fascinantes de las neurociencias modernas es su afán por construir puentes con otras disciplinas y campos del conocimiento . Esto resulta imprescindible porque para entender el complejísimo sistema nervioso debemos necesariamente inmiscuirnos en cada una de las conductas y abordarlas desde una mirada amplia y libre de prejuicios.
Ejemplo de estos vastos desafíos es el gran foco que han puesto muchos laboratorios del mundo, a lo largo de las últimas décadas, en el estudio de conductas ligadas a la espiritualidad y la meditación, ámbitos que típicamente fueron considerados antagónicos de la ciencia. Sin embargo, cada vez más científicos dedican sus esfuerzos a comprender cómo es que nuestro cerebro permite comprometernos con conductas ligadas a conceptos tan abstractos .
A fines de la década del 70, fue fundada en el Centro Médico de la Universidad de Massachussetts la Clínica de Relajación, luego devenida en la Clínica de Reducción de Estrés basada en Mindfulness . Esta práctica es considerada una forma de meditación para algunos y una práctica complementaria a las terapias tradicionales para otros.
En la actualidad, el llamado mindfulness (“atención plena” o “presencia mental”, según algunas traducciones) y otras técnicas se utilizan como ayuda en el manejo interdisciplinario de distintas condiciones clínicas, médicas y psicológicas, incluyendo el dolor crónico, la ansiedad y el estrés .
Ciertos estudios reconocen que durante una práctica de meditación, se evidencia un predominio del tono parasimpático , es decir, de las estructuras de nuestro sistema nervioso autónomo que generan los cambios fisiológicos asociados con la relajación, tales como la disminución de la frecuencia cardíaca y la respiratoria. Para estos investigadores, la meditación puede producir cambios también en nuestro sistema nervioso central . Se ha visto, por ejemplo, que áreas de la corteza prefrontal, asociadas con emociones y funciones sociales, son intensamente estimuladas con la meditación, mientras que áreas del cerebro típicamente asociadas con el procesamiento de las emociones negativas, tales como la amígdala, disminuyen su actividad.
Pero quizás los hallazgos más sorprendentes realizados en voluntarios que reportaban altos niveles de espiritualidad son aquellos que muestran cambios incluso más allá del sistema nervioso.
Por ejemplo, se ha visto un aumento en los niveles circulantes de anticuerpos, sugiriendo que algunas prácticas de meditación sirvieron, incluso, para mejorar la función inmune.
Lo interesante también es que este tipo de resultados se observan con un buen período de sueño continuo , demostrando que estados en los que hay cambios fisiológicos y normales de nuestra conciencia contribuyen a la regulación de la función inmune, así como también de la endócrina.
Estas investigaciones, lejos de demostrar el efecto irrevocable de un ejercicio en particular, nos permiten bucear en la compleja interacción entre el cerebro y ciertas prácticas sociales que, aunque no aparenten, también dependen de él.
martes, 7 de enero de 2014
Oración de Año Nuevo
Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al empezar un año mas, detengo mi vida ante el nuevo calendario, aun sin estrenar, y te presento estos días que solo Tu sabes si llegare a vivirlos.
Hoy te pido para mi y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de compresión y paz.
Cierra tus oídos a toda falsedad; mis labios o palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre, en cambio, mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se llene solo de bendiciones y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mi, encuentren en mi vida un poquito de Ti. Dame un año feliz, y enséñame a repartir felicidad.
Amen
Al empezar un año mas, detengo mi vida ante el nuevo calendario, aun sin estrenar, y te presento estos días que solo Tu sabes si llegare a vivirlos.
Hoy te pido para mi y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de compresión y paz.
Cierra tus oídos a toda falsedad; mis labios o palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre, en cambio, mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se llene solo de bendiciones y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mi, encuentren en mi vida un poquito de Ti. Dame un año feliz, y enséñame a repartir felicidad.
Amen
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