El Evangelio

Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

miércoles, 24 de agosto de 2011

Las consecuencias psicológicas del aborto


Autor: Dr. Luis Salinas *
Fuente: valoresreligiosos.com.ar


Es mucho lo que se ha investigado y muy poco lo que se ha divulgado acerca de las repercusiones psicológicas que produce la interrupción voluntaria de un embarazo. Lo cierto es que esta elección no es gratuita. Los problemas emocionales que pueden darse de forma inmediata son la negación del hecho (las mujeres se dicen a sí mismas: "Esto no me pasó a mí"), la supresión del hecho (se dicen: "Me pasó pero no quiero pensar en esto") o, en un número escaso de casos, la presencia de rígidos mecanismos de defensa para evitar sentimientos de culpa (piensan: "Ya pasó y no me importa"). Estos afectos reprimidos, suprimidos o disociados causan disturbios emocionales tales como afecciones psicosomáticas, psiquiátricas o del comportamiento.

Se puede instaurar entonces el conocido síndrome post-aborto (que se manifiesta a través de palpitaciones, anorexia, depresión, trastornos en el rendimiento social y laboral, rupturas vinculares).

Entre las consecuencias mediatas, es posible reconocer el síndrome por estrés postraumático: las mujeres experimentan reiterados recuerdos del acontecimiento que provocan intenso malestar, mayor aún cuando llegaron a la decisión de someterse a un aborto forzadas por otros o si fueron víctimas de abuso sexual. En algunos casos se presentan también depresiones que, sin tratamiento, pueden evolucionar en cuadros más graves como lo son las tendencias suicidas. Por último, la negación de la muerte del niño no deseado puede inducir al abuso de sustancias, siendo lo más común el reforzamiento del hábito de fumar, el consumo de alcohol o de drogas.

Otros cuadros que se observan son las disfunciones sexuales crónicas (frigidez y anorgasmia), los desórdenes alimentarios y los problemas crónicos de relación. La interrupción voluntaria del embarazo constituye un homicidio; la vida de la mujer embarazada es sumamente valiosa, pero resulta absurdo pretender que la forma de cuidar y proteger esa vida sea destruyendo otra. Diversas entidades religiosas y otras no confesionales sostienen este concepto; entre las segundas, la organización no gubernamental Defensoría de la Vida Humana se refiere al homicidio prenatal como "el acto voluntario que interrumpe el proceso natural de gestación provocando deliberadamente la muerte de la persona por nacer" .

Por eso, considero que es importante dar a conocer esta información a toda mujer o pareja que se plantea la decisión de abortar, orientar, acompañar en situaciones o procesos complejos a quienes se encuentran en vías de tomar una decisión que puede afectar a más de una persona.

La interrupción voluntaria del embarazo definitivamente no es una "solución" para ninguna mujer. Lo expone con claridad A. D''Agostino, vicepresidente de Comunicaciones del Population Research Institute al afirmar que "el aborto mata a un niño y daña a la mujer, eventualmente en su cuerpo y más frecuentemente en su mente. De modo que ¿para quién puede ser bueno el aborto?"

* Médico psiquiatra. Colaborador de la Asociación civil Defensoría de la vida humana. www.defenvida.org.ar

viernes, 12 de agosto de 2011

Nota: "¿Qué es conocerse a sí mismo?"


Autor:Nelson Medina, O.P.
Fuente: fraynelson.com

Apenas formulada la pregunta uno descubre la complejidad de una tarea vasta como ninguna.

De una persona humana cabe conocer por lo menos lo que conocen los psicólogos, y esto supone inteligencia, hábitos,personalidad,temperamento, carácter, patologías, genealogía, genética, y todo ello entrelazado y ligado además a las condiciones de la infancia, el entorno social, la micro y la macro historia, el lenguaje, la moda, las amistades... es como una espiral que no acaba nunca.

Por otra parte, la mayoría de los seres humanos transcurrimos nuestras horas en relativo sosiego con lo que somos. Quizá por ignorancia, se puede argüir, o por conformismo, o por engaño continuo: todo ello puede ser. Pero no serán esas las explicaciones definitivas. Hemos conocido seres humanos bellísimos, gente humilde y sabia, y no encontramos en ellos otra cosa sino una gran unidad interior, fruto de una profunda armonía. La sensación que irradian estas personas no es de algo embrollado y abstruso sino de una gran simplicidad, como si la vida misma fuera eso: un episodio de estética y sencillez.

Esta es la paradoja del conocimiento de uno mismo: supone métodos complejos y metas simples. Puede comparársele al ascenso de una montaña. En sí mismo es algo complejo y agotador pero poco a poco va conduciendo a cimas de sencillez y de paz interior.

Idealmente, la cumbre misma es como un punto en el que el alma se siente perfectamente unificada, colmada de luz, con una visión nueva de las cosas y una sensación estable de paz.
La comparación con la montaña también nos sirve en otro sentido: hay más de un camino hacia la cúspide. Nuestras palabras en la presente obra quieren ser sinceras y útiles pero no absolutas. Ya Cristo nos advirtió que el Espíritu Santo "sopla donde quiere" (Juan 3,8) y Dios tiende a no repetirse en la manera de llevarnos hacia sí. Él, que es Uno, al atraernos hacia su unidad nos unifica, a cada quien en su mundo interior, y a todos en cuanto miembros de la familia de los hijos de Dios.

Hay que destacar, pues, este aspecto de unidad para que sepamos que nos interesa más lo sintético que lo analítico. Las enumeraciones y los detalles son importantes pero sólo en cuanto sílabas que nos ayudan a leer un texto, por usar esa comparación. Sin ellas no habría texto pero el texto es más que la suma de sus partes.
También Santo Tomás de Aquino, siguiendo en esto a Aristóteles, habló de esta unidad como uno de los criterios de la genuina sabiduría. "Es propio del sabio ocuparse de las causas primeras," dice al comienzo del primer libro de su Suma Contra Gentiles.

Conocimiento y belleza se dan la mano en tierras de esta unidad superior. También allí se encuentran el amor y la bondad. No es simple poesía. Es la realidad: aquel que contempla desde lo alto descubre una lógica que se escapa a los que sólo viven a ras de tierra. Los ciclos de la vida y de la muerte, o el sucederse de los tiempos que maravillaron al Eclesiastés (véase Qohelet 3,1-8), vistos desde esa altura, traen una sensación que no es de angustia sino de paz. Es la certeza de que hay un orden incluso cuando no lo logramos comprender completamente.

Porque la unidad a la que aspiramos no es solamente unidad de nuestras emociones,
que tanto pugnan; o de nuestra inteligencia, que no se aquieta en su preguntarlo todo; o de nuestros recuerdos, que tantas veces nos levantan y tantas nos hunden en desconcierto; o de nuestros sueños, que por igual nos fascinan y extravían. Esta unidad es también unidad con los sabios de muchos otros tiempos, con los santos de muchos otros lugares y con los trazos mismos de la Belleza Increada, que algún rastro dejó de sí en todo lo que a bien tuvo crear.

martes, 2 de agosto de 2011

Presentación y lanzamiento del libro "YO SOY"


Con motivo de su lanzamiento, la Editorial de la Palabra de Dios y Editorial Paulinas, realizarán la presentación del libro: YO SOY, Meditaciones pastorales sobre la identidad humana, del Padre Ricardo, MPD.

El Padre Ricardo ha escrito más de 15 títulos que recogen la experiencia y acompañamiento pastoral que realizó a lo largo del tiempo en el Movimiento de la Palabra de Dios, del cual es su fundador.

Mediante la publicación de este libro, pretendemos realizar un aporte a quienes buscan vivir su dignidad como personas humanas. Desde la declaración que hace Dios, “Yo Soy el que Soy”, completada con la revelación trinitaria de Jesús, el hombre puede entenderse y descubrir quién es él mismo, cómo puede vivir, qué puede hacer y tener, el porqué de la convivencia, su misión y su realización.

El acto se realizará el martes 16 de agosto a las 19hs , en el Colegio Champagnat, sito en la calle Montevideo 1050 , Buenos Aires. Acompañarán al autor el Lic. Pbro. Marcelo Gil y la Lic. Lily Guita.